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Instrumentos de vida

Se dice que si los hombres parieran las familias sólo tendrían un hijo, el primero, tal es el dolor del parto y la poca resistencia del varón ante el dolor. Pues si esos hombres paridores vieran el instrumental que se utilizaba a principios de siglo en los nacimientos, la humanidad se habría terminado ya. La Universidad del País Vasco ha organizado una exposición sobre La obstetricia y la ginecología en la Historia que se podrá ver en la Facultad del Medicina del campus de Leioa hasta el 24 de mayo. El adjunto de la UPV Anton Erkoreka y el médico José María Usandizaga son los comisarios de la exposición, que se puede visitar de lunes a jueves de 9.00 a 13.00 y de 15.00 a 17.00. Los viernes, sólo por la mañana. Mirando algunas de las vitrinas de la exposición uno no sabe si se encuentra ante útiles para dar vida o instrumentos de refinada tortura. El comienzo de la muestra es amable. Una talla en madera policromada de San Vicente de Paúl de finales del siglo XIX, que presidía la fachada de la antigua Maternidad de Santutxu, da la bienvenida. La primera vitrina contiene objetos de medicina creencial. Se utilizaban en ritos de fertilidad y como elementos protectores. Así, hay laurel, agua bendita, velas y escapularios. También, imágenes de los santuarios de Urkiola (Vizcaya), Sandaili (Guipúzcoa) y Javier (Navarra), lugares que se asocian a ritos favorecedores de la fertilidad: rodear un pedrusco, lavarse con el agua que cae de las estalactitas o lanzar piedras a un pozo. Durante la posguerra, en Vizcaya se oraba a San Ramón Nonato para favorecer el parto. Las vitrinas muestran el instrumental que se empleaba en partos normales y en aquellos con complicaciones. Los estetoscopios obstétricos (trompetas para oír los tonos fetales) son útiles muy conocidos gracias al cine. Hay de madera y plástico. Un libro muestra la posición que debe tener el médico para una correcta auscultación. Desde detrás de los cristales brillan amenazadoras las tijeras de Siebold, utilizadas para decapitar un feto muerto y extraerlo, como explica una nota. Para lo mismo sirve el gancho de decapitación de Braun, aunque este instrumento podía producir con mayor facilidad lesiones accidentales. Forceps, separadores, pinzas, dilatadores, legras, mascarillas de anestesia... todo el material refleja en silencio la historia de partos, abortos y cirugía ginecológica, el esfuerzo de los médicos por reducir la mortalidad infantil. La mayoría de las piezas son de acero y de la primera mitad del siglo XX. El material ha sido donado por médicos y por la antigua Maternidad de Bilbao, principalmente, y forma parte de los fondos del Museo Vasco de Historia de la Medicina y de las Ciencias, José Luis Goti, de la UPV. Las piezas más antiguas son una mesa de parto del siglo XIX y una silla paridera del XVIII. La muestra se integra en los actos del 30º aniversario de la creación de la Facultad de Medicina. Este viernes se reunirá la primera promoción de alumnos.

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