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El Museo Nacional de Goethe reabre sus puertas en Weimar

Pilar Bonet

El Museo Nacional de Goethe, uno de los principales hitos en la conmemoración del 250º aniversario del nacimiento del escritor, abrió de nuevo sus puertas al público el pasado sábado en Weimar, tras unas obras de renovación que han costado 18,2 millones de marcos (más de 1.500 millones de pesetas). La reapertura se ha demorado dos meses y medio respecto a la fecha prevista, lo que ha causado malestar en Weimar, que, en calidad de ciudad cultural europea del año, ofrece una amplia y variada oferta de exposiciones, espectáculos y acontecimientos.El Museo Nacional está situado justo al lado de la residencia histórica de Goethe, donde aún se conserva la butaca en la que falleció. La exposición presenta al escritor en el contexto de su época y lo relaciona con sus corrientes culturales y sus representantes más significativos; entre ellos, Schiller, Herder, Wieland y la duquesa Anna Amalia.

La muestra, que se extiende en una superficie de 800 metros cuadrados, recoge 800 objetos, mediante los cuales puede seguirse el panorama cultural, político y científico desde 1759, fecha en que la duquesa Anna Amalia comenzó a gobernar, hasta la muerte de Goethe (1749-1932).

El escritor entró al servicio de la corte del duque Karl August, hijo de Anna Amalia, en 1775. La amistad entre Goethe y Karl August fue el eje de una intensa vida cultural que atrajo a Weimar a numerosos científicos y artistas.

Abusos

El ministro de Estado de Cultura de Alemania, Michael Naumann, ha advertido contra los abusos de los que es objeto Goethe. Desde su misma muerte, el escritor ha sido venerado como un autor estatal alemán por diferentes Gobiernos, al margen de su diferente ideología.Naumann se pronunció a favor de liberar a los clásicos de los clichés que oprimen su creación. Precisamente, ésta es la tarea a la que pretende contribuir la nueva colección del museo, que se nutre de los aproximadamente 50.000 objetos diversos que el mismo Johann Wolfgang von Goethe reunió durante su vida.

La exposición, sin embargo, no está concebida como una herencia de Goethe, sino que quiere trasmitir el "espíritu" de Weimar, según el ministro de cultura del land (Estado federado) de Turingia, Gerd Schuchart.

El museo dedicado a Goethe tiene su origen en 1885, cuando el último nieto del escritor, cumpliendo con la voluntad de su abuelo, legó todas sus posesiones al gran duque de Sajonia. Los objetos expuestos en el museo pertenecen hoy a la Fundación Los Clásicos de Weimar.

El programa cultural de Weimar incluye otros acontecimientos relacionados con Goethe. Así, por ejemplo, se han reconstruido dos casas donde habitó el poeta y, para subrayar las contradicciones de la historia alemana, se ha organizado una ruta que va desde el domicilio de Goethe hasta el campo de concentración de Buchenwald.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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