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CASTELLÓN

Ni la Virgen salvó la tarde

Ni la Virgen del Lledó, patrona de Castellón, salvó una tarde en la que los toros de Juan Pedro Domecq, antes artistas y ahora atletas, se encargaron de romper todas las expectativas que tuvieran los toreros. A quien no desengañaron los pupilos de Juan Pedro fue al poco público que se dió cita en el coso castellonense para conmemorar el 75º aniversario de la coronación de la venerada virgen. Amenazó lluvia durante la mañana y eso debió notarse en las taquillas. O a lo mejor fue que el personal ya tiene muy vistos los toros artistas y no quisieron contribuir a que luciera el espectáculo. Y no lució.No podía ser con aquellos descastados animalillos que iban pegando tumbos. O sea, nada. Con semejantes oponentes los toreros tenían excusa para echarle el muerto a los bureles. Y toro hubo como el segundo que se fue dejando un poquito mejor cartel que sus hermanos. Claro que en el país de los ciegos, ya se sabe.

Domecq/ Manzanares, Uceda, Ramírez

Toros de Juan Pedro Domecq, flojos, descastados 2º, noble; 5º, manso; 6º, sobrero, en sustitución de un inválido, manso. José Mari Manzanares: estocada perpendicular, delantera, contraria y dos descabellos (ovación); media (silencio). Uceda Leal: dos pinchazos y estocada (vuelta); dos pinchazos y(aplausos). Alberto Ramírez: pinchazo y estocada (ovación); dos pinchazos y estocada (oreja protestada). Plaza de Castellón, 1 de mayo. Corrida por el 75º aniversario de la Coronación de la Virgen del Lledó, patrona de la ciudad. Un cuarto de entrada.

Pues con esa premisa, Manzanares se pasó media faena probando al que abria plaza. Cuando lo hizo de capa lo desarmó y hasta allí. Con la franela destacó una tanda que inició de molinete y corrió la mano en redondo. Como el toro, por sus pocas fuerzas, echara la cabeza arriba, el maestro cuadró y mató fatal pero al ser el primero se ovacionó su labor. Con el cuarto poco pudo hacer con el mulito. Tan es así que al iniciar la banda un pieza el respetable mostró su disconformidad pitando.

Uceda Leal pechó con lo mejor, y con lo peor. Al segundo de la tarde lo toreó con gusto a la verónica que abrochó con una media que fue lo mejor de la tarde. Luego con la muleta toreó al natural y destacó una primera tanda templada y con mucha gracia. A la hora de matar se tiró con ganas pero pinchó. Aún volvería a pinchar y esto le impidió conseguir mayor trofeo que la vuelta que dio. Su segundo fue un mansote asustado que no quiso saber nada más que buscar una salida que Uceda le proporcionó al matarlo.

Alberto Ramírez que fué el triunfador de la tarde, que es mucho decir, puede apuntarse que le echó más ganas que acierto en su primero. Y ciertamente poco se podía hacer con el sobrero atleta -daba brincos cual cabra- que cerró plaza y con el que el castellonense se pegó el arrimón. Y a pesar de pinchar un par de veces recibió un oreja entre protestas.

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