Los franceses quieren vender el agua del Ródano a Cataluña
El Ródano es el río menos explotado de la cuenca mediterránea. Su explotación apenas alcanza el 4%, frente al 91% del Nilo, el 57% del Po y el 50% del Ebro. Buena parte del agua del Ródano va al mar, sin dejar provecho alguno a las regiones por las que cruza. La conciencia de que el agua es hoy un bien escaso, hecho especialmente perceptible en la zona central de Cataluña, espolea la imaginación de los franceses, que ansían vender ese bien a los catalanes construyendo un acueducto que partiría de Montpellier para llegar hasta Cardedeu, desde donde se abastece actualmente a Barcelona con agua procedente del Ter. Los estudios hechos públicos por BRL, compañía explotadora del agua del Ródano, recogen ventajas de todo tipo que se derivan de esta obra, incluyendo que el Estado francés no debería aportar ni un franco público. El agua del trasvase serviría para abastecer a Barcelona, la Costa Brava y todo el sur de Francia. Los empresarios que la pasada semana visitaron la localidad francesa de Nimes para conocer las perspectivas que abre un hipotético trasvase del Ródano salieron cargados de documentos y razones a favor del trasvase. El encuentro entre los representantes de las cámaras de comercio de Cataluña y las de la región francesa de Languedoc-Roussillon se produjo en un clima de neta sinceridad por ambas partes. Los españoles no ocultaron la necesidad de garantizar agua para la cuenca central catalana, donde viven 4,4 millones de personas con escasez cíclica de agua. Los franceses expresaron por vez primera que ellos también están interesados porque es un excelente negocio. El caudal medio del Ródano es de 1.700 metros cúbicos por segundo, con mínimos que se sitúan en torno a los 600 metros cúbicos por segundo. Frente a estas cifras, las del Ebro no son competencia: 500 metros cúbicos por segundo de canal medio con mínimos de 10 en zonas de estiaje, cuando mayor es la necesidad de agua en la costa central de Cataluña, una zona cuyos recursos hidráulicos son menos que mínimos: 226 metros cúbicos por habitante y año. Canarias, una región con proverbial falta de agua, tiene 261; la media española es de 1.205 y la francesa, de 1.760. Las previsiones, recoge uno de los informes de la Sociedad de Estudios y de Promoción del Acueducto (SEPA), son que los primeros déficit cuantitativos se noten de forma radical en el año 2005. Un estudio de la misma sociedad señala que, empezando ahora mismo todos los trámites necesarios, Barcelona bebería agua del Ródano en el año 2006. Los franceses esperan un gesto del Gobierno español, gesto que es "muy esperado y deseado por el Estado francés para empezar a preparar los procedimientos y acuerdos necesarios para el inicio del eventual proyecto". La prisa es conveniente, además, afirma un documento de SEPA, porque "el consenso al que se ha llegado en el Languedoc-Roussillon y en Francia no será eterno". El estudio aborda uno de los asuntos más delicados: la financiación. Y es taxativo: "El trasvase de agua del Ródano está basado en necesidades concretas, claramente identificadas, y un sistema de financiación del proyecto que asocie financiaciones públicas y fondos privados, y equilibrado por las entradas de ventas de agua a los consumidores de Barcelona". Más adelante, añade: "Desde el punto de vista financiero, este proyecto no tiene nada de irracional, la inversión total de 200.000 millones de pesetas aseguraría el suministro de agua a más de siete millones de habitantes (entre 5,5 y 6 millones en Cataluña y entre 1,3 y 1,7 millones en el Languedoc-Roussillon)". La inversión oscila entre 150.000 millones de pesetas y 200.000 millones, en función de la capacidad del acueducto. Una inversión, prosigue el análisis de SEPA, "importante pero no desmesurada". El coste suplementario "que tendrían que soportar los consumidores sería de 25 a 35 pesetas por metro cúbico (un aumento del 10 al 12% del precio actual del agua en Barcelona)". Además, "las inversiones realizadas en Francia para responder a las necesidades españolas no movilizarían financiación pública". Se haría a través de "fondos públicos españoles y comunitarios y, para la mayor parte del proyecto, con la venta del agua a los consumidores catalanes". El estudio económico-financiero efectuado por Caixa de Catalunya y cofinanciado por el Banco Europeo de Inversiones dibuja las diversas posibilidades de financiación del proyecto: una sola empresa pública; una en cada lado de la frontera; empresas mixtas y empresas totalmente privadas. Los datos específicos obran ya en poder del Gobierno catalán, que piensa presentarlo el próximo 6 de mayo, según fuentes de la empresa BRL. El proyecto supone 2.000 puestos de trabajo en el lado español y entre 3.000 y 4.000 en Francia durante un periodo de cuatro años, aproximadamente.
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