El enviado ruso negocia en Belgrado bajo el mayor bombardeo desde el inicio de la guerra

El enviado especial ruso para la crisis de los Balcanes, Víktor Chernomirdin, anunció anoche que había logrado avances para la resolución del conflicto en Kosovo en las más de seis horas de entrevista con el presidente Slobodan Milosevic. Pero no dio pistas de en qué consistían tales avances y lo poco que trascendió fue considerado como una oferta "no seria" por los aliados. Los esfuerzos diplomáticos de Rusia coincidieron con el mayor bombardeo sufrido por la capital yugoslava en los casi 40 días de campaña aérea.

Chernomirdin sólo declaró, antes de tomar el avión de vuelta a Moscú, que había realizado "buenos avances para un arreglo pacífico a la crisis". Lo único que trascendió a lo largo de la tarde era que Belgrado estaba dispuesto a aceptar la presencia de observadores civiles desarmados en Kosovo. Una oferta que "no es seria", en palabras de la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright. Las exigencias de los aliados incluyen, entre otras cosas, un despliegue en la provincia de fuerzas militares cuyo núcleo principal debe estar integrado por tropas de la OTAN. "No veo el menor cambio", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart. Acto seguido, el Pentágono anunció que los helicópteros Apache empezarán pronto "ataques nocturnos, en profundidad y con poder de fuego devastador" en Kosovo. Se sumarán a la campaña aérea que ayer, horas antes de que Chernomirdin llegara a Belgrado, descargó sobre la capital el más intenso bombardeo conocido desde que comenzó la guerra. El ataque costó la vida a tres personas y destruyó las sedes del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor del Ejército yugoslavo. Los misiles destruyeron también las antenas de la televisión de Milosevic. Fuera de Belgrado se produjeron ataques contra refinerías de petróleo. El embargo petrolífero empieza hoy.