Editorial Santillana celebra en Chile sus 30 años con una nueva sede

"Chile es el país al que más le debo", dijo ayer en Santiago Jesús de Polanco, presidente del Grupo Santillana, en el acto de conmemoración del 30º aniversario de la existencia de la editorial en Chile, que supuso, asimismo, la inauguración de la nueva sede de la empresa. Ante una nutrida representación del mundo literario y de la cultura, Polanco recordó la primera vez que llegó a Santiago, en 1962, y que siete años después fundó la editorial. Hoy, Santillana está presente en todos los países de América, con excepción de Canadá y Cuba. Al hacer un repaso de los socios y amistades, Polanco rindió un gran homenaje al librero catalán convertido en editor y distribuidor Pelayo Sala, que fue la primera persona que conoció en Chile.Carlos Ossa, gerente general de la editorial, habló de los 30 años de Santillana en Chile y de "los que fueron sus visionarios fundadores en diciembre de 1969: Jesús de Polanco y Francisco Pérez González", con la posterior aportación del profesor Emiliano Martínez. "Ellos plantaron la semilla en Chile en un momento oportuno: cuando se ponía en marcha la reforma educacional del año 1968. En aquellos tiempos no existían los textos escolares tal como los conocemos ahora". Fue en aquel marco en el que nació Santillana del Pacífico.

"Somos una empresa diferente", recalcó Ossa. "Tal como lo define nuestra misión de cooperadores de la educación, hemos aprendido a poner toda nuestra atención en un trabajo creativo que contribuya a que los futuros hombres y mujeres de Chile reciban una educación que les entregue los valores y las herramientas necesarias para construir un país que se proyecte al tercer milenio".

El Grupo Santillana reúne una serie de fondos editoriales que proceden de distintos sellos: en 1982 se creó Isla Negra Ltda., que en 1992 se constituyó en Aguilar Chilena de Ediciones. Al hacer un repaso de los autores de la editorial, Carlos Ossa mencionó la incorporación de José Donoso, con la novela Donde van a morir los elefantes y posteriormente la totalidad de su obra, y de Marcela Serrano y Gonzalo Contreras, "con sus exitosas novelas, que dieron el empuje al gran despegue del sello Alfaguara".