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El FMI concede a Rusia un balón de oxígeno de 711.000 millones

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha aceptado ofrecer un balón de oxígeno a la asfixiada economía rusa con la condición de que el dinero se quede en las cuentas del propio fondo y no viaje a Moscú. Esta aparente paradoja se explica por la necesidad de emplear el crédito de 4.500 millones de dólares (4.275 millones de euros, 711.000 millones de pesetas) en pagar las deudas que Rusia tiene con el propio FMI y evitar que vuelva a suspender pagos este año y el próximo.

El Gobierno de Estados Unidos y el resto de los principales socios del fondo temían que si el dinero era remitido al Banco Central de Rusia se evaporase en cuestión de días, como ocurrió el pasado mes de julio con una remesa de 4.800 millones de dólares (4.560 millones de euros, cerca de 760.000 millones de pesetas). El escándalo alcanzó cotas sin precedentes cuando se descubrió que el banco central ruso había colocado miles de millones de dólares en cuentas secretas situadas en paraísos fiscales. El crédito negociado por el director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus; el viceprimer ministro ruso, Yuri Masliukov, y el ministro de Finanzas, Mijaíl Zadornov, está sujeto todavía a la aprobación definitiva del consejo de directores del organismo internacional y es el primero que se concede desde que el pasado verano Rusia fue incapaz de hacer frente a sus pagos y devaluó su moneda.

Medidas urgentes

El Gobierno ruso se ha comprometido a tomar medidas urgentes para reducir su déficit presupuestario y sanear su sistema bancario antes de que el crédito sea desembolsado y pueda utilizarse. Aunque el dinero no llegue a Moscú, el Gobierno de Borís Yeltsin podrá llegar a las elecciones presidenciales del año próximo sin entrar en una suspensión de pagos al FMI, lo que haría aún más difícil conseguir cualquier tipo de crédito en el mercado internacional.

Con la necesidad imperiosa de que Moscú colabore con Estados Unidos en la guerra de Kosovo, el crédito tiende a apuntalar la precaria situación del presidente Borís Yeltsin y evitar que una crisis económica se sume a la delicada situación política que atraviesa el país.

Michel Camdessus viajó a Moscú en los primeros días del ataque aéreo contra Yugoslavia, que había obligado al primer ministro Yevgueni Primakov a interrumpir en pleno vuelo su viaje a Estados Unidos para solicitar auxilio económico multinacional al organismo.

Camdessus, al anunciar su acuerdo con Rusia, señaló que las autoridades de Moscú habían aceptado darle una explicación completa de cómo se había utilizado en el pasado el dinero del FMI. El director del Banco Central ruso, Víktor Gueráshchenko, señaló que el FMI estaba a la espera de conocer un informe de la compañía auditora PriceWaterhouse-Coopers sobre las actividades de una compañía radicada en las islas del Canal, Fimako, donde se colocaron parte de los millones del FMI.

Desaparición de dólares

La operación, según la Administración estadounidense, consistió en que los principales plutócratas rusos se apresuraron a cambiar sus rublos en dólares estadounidenses aprovechando que los créditos del Fondo Monetario Internacional habían estabilizado el precio de la moneda rusa y enviaron después sus dólares a cuentas situadas en paraísos fiscales. La desaparición de los dólares hizo que el precio del rublo se derrumbase, con lo que la ayuda internacional acabó en las cuentas privadas de los especuladores.

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