Bronca "espantoja"
Isabel Pantoja parecía anoche una película de Almodóvar. De hecho, la cantante estuvo al borde de un ataque de nervios por culpa del sonido. Ella, la pobre, no se escuchaba. Dio varios toques de aviso a los técnicos, pero no hubo forma de enmendar los despropósitos sonoros. No lo pudo remediar, y en pleno concierto apeó todo el tinglado y dijo: "La Virgen del Rocío nunca me deja sola, pero hoy se me ha despistado". Su fervoroso público intentaba calmarla: "¡Isabel, relájate, mujer!". Pero la artista andaba enfangada en un cabreo progresivo, inasequible a las voces de aliento: "Viva la madre que te parió... Eres la mejor, la más guapa; eres inmensa, eres poderosa...". Pero los vítores no ablandaron a la artista ni hicieron mella en el corazón de los técnicos. En medio del concierto hizo parar a la orquesta para increpar a un ciudadano que grababa alevosamente en vídeo el recital. La Pantoja, como una fiera contenida, se percató de la felonía y bramó: "Esa cinta de vídeo, que me la traigan ahora mismo". El ciudadano, abochornado, hubo de llegarse al escenario y entregó temblorosamente su cinta a la cantante, que le despidió con un beso viperino. Pero al público de la Pantoja no le molestan esas cosas. Es un público peleón y fiel, pero muy aromático. La sala olía a esencias de todas las plantas. Algunos se habían echado el tarro entero. Es un público al que le va el morbo de la historia, de igual modo que a la artista. Ella profundiza en la llaga: "Me preguntan si le recuerdo todavía, después de tantos años... No es que yo viva del recuerdo, pero le sigo amando como siempre". Y ataca con fervor: "Por si hay alguna duda sobre mí..." (Hoy quiero confesar). Y remacha: "Sólo tengo tres amores: mi hijo Francisco, mi hija Isabel y mi Virgen del Rocío". Pero la Virgen, como hemos constatado, estaba en otro sitio. Ella insistió: "Parece que esta noche me están boicoteando".
Isabel Pantoja
Francisco Ibáñez, José A. Corchete, Francisco Urchegui (trompetas); Manuel Hernández (saxo); Jorge Villaescusa, José M. Augusto (teclados); José Carlos Rico (percusión sinfónica); Paco García (batería); Natalia de las Heras, Sol Pilas, Maisa Hens (coros); Alejandro Monroy (piano y dirección musical). Centro Cultural de la Villa. Madrid, 27 de abril.
Fueron tres partes de concierto. En la primera recordó diversas canciones de su historia musical. En la segunda se puso en jarras, se plantó la preciosa bata de cola y arrancó con Francisco Alegre. En la tercera presentó algunas canciones de su último disco, Amor eterno. Nada nuevo bajo el sol. La Pantoja navega entre dos estilos, pero la copla va quedando cada vez más orillada, a pesar de su brillantez y de que son canciones mucho más bellas que todo lo nuevo que ella graba.
Con estos accidentes, su concierto quedó bastante deslucido. Isabel Pantoja cuida exquisitamente su maquillaje y su vestuario, pero no cuida del mismo modo el montaje musical. Ella se disculpó diciendo que acababa de llegar de Barcelona y no le había dado tiempo a ensayar. Sin embargo, a una artista de esta categoría hay que exigirle lo esencial; es decir, el montaje musical y el sonido.
Algunos allegados a la cantante comentaban tímidamente al final del concierto: "No quisiera verme en la piel de los técnicos. Es seguro que en el camerino se han escuchado expresiones muy fuertes". Es seguro que ayer rodaron cabezas.
Babelia
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