La falta de rodaje de la maquinaria escénica desluce la temporada inaugural del Liceo
La ópera "Turandot" abrirá el nuevo teatro el 7 de octubre bajo la presidencia de los Reyes
Satisfacción y un alto grado de tensión presiden la etapa final de la reconstrucción del Gran Teatro del Liceo de Barcelona. La satisfacción se hizo patente ayer en la presentación de la temporada inaugural del nuevo coliseo lírico, que abrirá sus puertas el próximo 7 de octubre bajo la presidencia de los Reyes con la ópera Turandot, de Puccini. La tensión, no ocultada por los responsables del teatro, recae en la inminencia de la fecha inaugural y la casi nula etapa de rodaje de la maquinaria escénica, cuyo montaje finalizará en julio, lo cual ha obligado a confeccionar una deslucida temporada inaugural con sólo 8 óperas, 3 espectáculos de ballet, 9 conciertos y 15 recitales.
"Algunos de los retos que se ha impuesto el nuevo Liceo no podrán abordarse hasta la temporada 2000-2001", confesó ayer con humildad Josep Caminal, director general del teatro. "Se está terminando el montaje de la caja escénica y el personal de escena no podrá trabajar con la nueva y compleja maquinaria hasta finales de julio. Eso significa que esta primera temporada debe ser de prudencia, una temporada de rodaje para la caja escénica que ha obligado a confeccionar una programación que se asemeja más a las del antiguo Liceo, el de antes del incendio del 31 de enero de 1994, que a las que tiene previstas ofrecer el nuevo teatro, con montajes más complejos y alternancia de producciones". De hecho, esta primera temporada del Liceo debía ser la segunda, ya que inicialmente se había previsto que la inauguración fuera el pasado mes de febrero. Pero los retrasos en la reconstrucción obligaron a aplazar la inauguración hasta el próximo octubre. "Esta temporada es de transición y no será hasta la próxima, o incluso la 2001-2002, cuando el Liceo podrá mostrar plenamente el potencial de su escenario", aseguró Joan Matabosch, director artístico del teatro, quien, sin embargo, puntualizó que ha diseñado la programación "desde el convencimiento de que las prestaciones del moderno escenario aumentarán en el futuro".
Sólo ocho óperas
Con un presupuesto global de 4.994 millones de pesetas, de los que 2.114 millones corresponden a la programación, el director artístico ha confeccionado una temporada con sólo 8 óperas, 3 espectáculos de ballet, 15 recitales y 9 conciertos. "Es una temporada condicionada por las posibilidades actuales de la maquinaria escénica, sin alternancia de ópera. Hay un exceso de recitales, más de los que habíamos previsto inicialmente, pero ello nos permitirá contar con la presencia en este primer año de una serie de cantantes que forman parte de la historia del teatro como Montserrat Caballé, Jaume Aragall, Alfredo Kraus, Joan Pons, Marilyn Horne y Plácido Domingo, que participará en un concierto. A partir de la temporada 2000-2001 aumentará el número de óperas, se mantendrán los conciertos y se reducirán los recitales", aseguró Matabosch. La oferta operística aúna, según el director artístico, la tradición de 150 años de historia del Liceo y la modernidad, "porque el género que cultivamos es un arte vivo", aseguró.
Turandot, de Puccini, con una nueva producción firmada por Núria Espert, es la ópera elegida para inaugurar el teatro. Éste era el título que debía representarse cuando finalizaran las funciones de Matías el pintor, de Hindemith, la obra que se representaba en el Liceo cuando el teatro se quemó, hace más de cinco años. Se ha previsto un total de 11 funciones con tres repartos diferentes encabezados sucesivamente por tres sopranos: la estadounidense Sharon Sweet, la italiana Giovanna Casolla y la búlgara Anna Tomowa-Sintow, y con dirección musical del francés Bertrand de Billy, nombrado hace un año director musical del Liceo.
La programación operística incluye también El caso Makropoulos, de Janácek, una producción del Festival de Glyndebourne con dirección escénica de Nikolaus Lehnhoff y musical de Antoni Ros-Marbà, y un reparto encabezado por Anja Silja y Donald MacIntyre; Lucia di Lammermoor, de Donizetti, coproducción del teatro de Ginebra y el Maggio Musicale Fiorentino, dirigida escénicamente por Graham Vick y musicalmente por De Billy, e interpretada por la soprano Giusy Devinu y el tenor Josep Bros; Don Carlo, de Verdi, coproducida por el Liceo y el teatro Bellini de Catania, dirigida musicalmente por Jacques Delacote y escénicamente por Gilbert Defló, con Ana María Sánchez, Dolora Zajick, Walter Fraccaro, Carlos Álvarez y Roberto Scanduzzi en el reparto; dos audiciones en versión de concierto de Beatrice di Tenda, de Bellini, con dirección musical de Friedrich Haider y protagonizada por Edita Gruberova y Petia Petrova; Lohengrin, de Wagner, una coproducción del Liceo y el Teatro de Ópera de Hamburgo con dirección musical de Peter Schneider y escénica de Peter Konwitschni, con Jyrki Niskanen, Gwynne Geyer y Eva Marton en los principales papeles; Le nozze di Figaro, de Mozart, producida por el Gran Teatro de Burdeos, dirigida musicalmente por De Billy y escénicamente por Robert Carsen, y protagonizada por Regina Schörg, María Bayo, Petia Petrova, Manuel Lanza y Gilles Cachemaille; y Sly, de Ermanno Wolf Ferrari, una producción de la Ópera de Zúrich protagonizada por José Carreras y con dirección musical de David Giménez y escénica de Hans Hollmann.
Se han previsto tres espectáculos de danza que correrán a cargo del Ballet de Francfort, la Compañía Nacional de Danza y el Ballet del Teatre Bolshói de Moscú, y una serie de conciertos con obras que complementan la programación operística, entre los que destaca el que dirigirá Riccardo Muti con la orquesta del Liceo el 8 de noviembre próximo.
Babelia
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