Pasajero

El día 6 de abril, fecha de no huelga de los pilotos de Iberia, tenía billete para Túnez-Barcelona-Madrid: hora de salida, las 14.35; duración del vuelo, dos horas. Salimos de Túnez a las 17.40. Durante el viaje, el piloto se dirigió a los pasajeros sin identificarse, rompiendo la práctica habitual, y su flamante explicación del retraso es la siguiente: "Salimos con tres horas y cinco minutos de retraso por dos razones: las primeras tres horas de retraso se deben a que el avión llegó de Barcelona con tres horas de retraso, y los cinco minutos restantes a que un pasajero se presentó cinco minutos tarde y, por esta última causa, casi perdemos la pista para salir". Cuando llegamos a Barcelona (era ya de noche) no es posible aterrizar por falta de visibilidad. El piloto nos comunica esta incidencia, así como que nos dirigimos a Valencia. Al aterrizar en este aeropuerto nos dice que todos los pasajeros abandonemos el avión, sin más explicación. Por toda información señala que para cualquier pregunta vayamos a los mostradores de Iberia. Hubo bastantes iniciativas de viajeros proponiendo a los que teníamos pasaje para Madrid quedarnos en el avión, al menos hasta recibir alguna explicación más adecuada a lo que se espera de cualquier compañía aérea. (Conato de motín motivado por la deliberada desconsideración del piloto hacia los pasajeros, que explica por qué éste, al comienzo del viaje, optó por no identificarse).

Al salir del avión pregunté a una azafata la razón por la que no habíamos continuado a Madrid, incluso sin desviarnos a Valencia, puesto que el vuelo era Túnez-Barcelona-Madrid, y me contestó que por falta de combustible y saturación del espacio aéreo (¿?). Finalmente llegamos a Barajas a las 23.30 del día de no huelga.

En la prensa de ese día leo que la UE es reticente a que la Administración conceda una subvención a Iberia de 20.000 millones de pesetas que, por supuesto, va a cargo de los contribuyentes españoles.

Personalmente, siempre que pueda viajaré por compañía distinta a Iberia. Creo que los directivos de esta compañía y sus pilotos merecen una seria penalización por parte de la sociedad española hasta que vean peligrar sus privilegiadas condiciones económicas y laborales. Porque, aunque en el mejor de los casos el conflicto se cerrara ahora, volvería a reabrirse en agosto. Llevamos años siendo rehenes de este tema, que las partes del conflicto no saben o no quieren cerrar.-