La nueva OTAN se atribuye más poder y extiende su campo de actuación tradicional
La cumbre de Washington pasará a la historia por ser el foro en el que los aliados han dejado escrito lo que ya estaban haciendo desde hace un lustro. Han ampliado el campo de sus misiones, que pasa de ser Europa a ser la región euroatlántica, y han abierto un agujero por el que legitimar cualquier intervención armada que no tenga el padrinazgo expreso del Consejo de Seguridad. Aunque legalmente han cambiado pocas cosas, en la práctica es una nueva OTAN, con una vocación de garante de las libertades que se acerca mucho a la definición de policía mundial.
ENVIADO ESPECIAL
"No somos el nuevo policía del planeta", se lamentan con amargura los portavoces de la OTAN. "Nunca vamos a intervenir en sitios como Chechenia", se quejan al afrontar la extensión geográfica en la que actuará la Alianza que ha surgido de Washington. "Vamos a hacer lo que ya estamos haciendo desde hace unos años. Nada más. Nadie en la OTAN está elaborando un catálogo de lugares en los que vamos a intervenir. Cuando en un sitio haya una crisis, se estudiará qué puede hacer la OTAN para solucionarla", añaden. Y ése es precisamente el gran matiz. La OTAN ha legitimado en sus documentos internos las dos grandes acciones de estos dos años, que en el fondo chirriaban con la filosofía anterior. La guerra de Bosnia fue una intervención realizada bajo el paraguas directo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En eso no hay novedad. Pero fue, y sigue siendo, una intervención que refleja, sobre todo, el espíritu de una de las dos nuevas misiones de la OTAN: la gestión de crisis y conflictos regionales. Los actuales ataques en Kosovo se han realizado sin el amparo de una resolución expresa del Consejo de Seguridad. Los aliados la han justificado por el amparo de anteriores resoluciones. En el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN se da carta de naturaleza a esa opción: apelar a Naciones Unidas y al Consejo de Seguridad pero no atarse de manos. Es decir, intervenir sólo en defensa de posiciones defendidas por el Consejo de Seguridad, pero sin necesitar una resolución que autorice expresamente el recurso a la fuerza. O sea, exactamente lo que se ha hecho en Kosovo.
La ambigüedad de la redacción final permite cantar victoria a todas las partes. Al presidente francés, Jacques Chirac, porque el nuevo texto remite al Consejo de Seguridad y "recuerda su oferta, formulada en Bruselas en 1994, de llevar a cabo, caso por caso y según sus propios procedimientos, operaciones de mantenimiento de la paz y otras operaciones llevadas a cabo bajo la autoridad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o bajo la responsabilidad de la OSCE [Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa]".
Pero esa aparente sujeción al Consejo de Seguridad salta por los aires en ese mismo párrafo del nuevo Concepto Estratégico, cuando dice que "en ese contexto, la OTAN recuerda sus decisiones posteriores relativas a las operaciones de respuesta a las crisis en los Balcanes".
Es una alusión directa a Kosovo, donde la Alianza Atlántica ha acabado atacando sin el expreso aval del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La sujeción al Consejo de Seguridad es aún más liviana en el comunicado final de la cumbre de Washington, cuando los 19 dicen: "Reconocemos la responsabilidad primordial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales, tal y como se afirma en el Tratado de Washington".
El tratado se limita a señalar que la OTAN no puede ir contra el Consejo de Seguridad. Es decir, que si el Consejo de Seguridad prohibiera una intervención, la OTAN no podría llevarla a cabo. Pero eso no significa que la OTAN no pueda intervenir si el Consejo de Seguridad no lo apoya expresamente.
El cambio en el ámbito geográfico de actuación es aún más sutil. Entre las tareas fundamentales de la OTAN figuraba la misión de "favorecer un entorno de seguridad estable en Europa". Esa misión se ha transformado ahora en "favorecer un entorno de seguridad euroatlántico estable".
Gestor de crisis
Desaparece así la referencia geográfica concreta de Europa y se sustituye por un término más político que geográfico, el de un "entorno euroatlántico". Ese cambio, aparentemente de matiz, se amplía si se tiene en cuenta que la nueva OTAN deja de ser una organización meramente defensiva para convertirse en gestor de crisis. La consecuencia de eso es que se multiplican las posibilidades de intervención lejos de las fronteras de los socios aliados. El problema vendrá cuando se requiera una intervención en un territorio que esté geográficamente fuera de Europa pero dentro de ese concepto ambiguo de "entorno euroatlántico".
Pese a que podría ser una zona perfectamente englobada en ese entorno, "la OTAN nunca actuará en Oriente Próximo", aseguran fuentes atlánticas para alejar el tradicional temor europeo a que una apertura geográfica de las misiones de la Alianza acabe por llevar las intervenciones aliadas a esa región.
¿La nueva OTAN llevará a cabo operaciones como las realizadas por EEUU en Irak, Afganistán y Sudán? "No. Eso eran operaciones de algunos aliados decididas de forma individual, no de la OTAN en sí misma. Las cosas en ese terreno siguen igual que antes. Si algunos aliados creen que han de atacar esas zonas y se ponen de acuerdo para hacerlo, es una decisión de esos gobiernos, no de la Alianza", subrayan fuentes atlánticas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.