El Comité de Bruselas se niega a vender aceite a bajo precio
El Comité de Gestión de Aceites y Grasas de la Unión Europea adjudicó solamente 10.000 de las 15.000 toneladas de aceite sacadas a subasta el pasado 7 de abril con el fin de aumentar la oferta en el mercado y tratar de bajar los precios. En medios industriales se recibió la decisión comunitaria con sorpresa, mientras desde la propia Administración española se ha criticado la actitud de Bruselas al negarse a vender aceite virgen lampante, el de peor calidad, por debajo de las 381 pesetas kilo.
La Comisión de la UE sacará a la venta hasta el próximo agosto 75.000 de las 84.000 toneladas que hay actualmente almacenadas en el organismo de intervención. La próxima subasta de otras 15.000 toneladas se hará el cinco de mayo.
Para las 4.000 toneladas de aceite virgen de oliva corriente sacadas a la venta en abril, los industriales ofertaron precios entre las 406 y las 390 pesetas por kilo. No sucedió sin embargo lo mismo con las 11.000 toneladas de aceite de oliva virgen lampante, de peor calidad, donde los precios iban desde las 390 pesetas hasta las 350 pesetas según calidades. En este caso, la Comisión optó por no vender a precios por debajo de las 381 pesetas el kilo.
Ingresos para la UE
Estos aceites subastados por la Unión Europea fueron adquiridos en España a los olivareros hace medio año a unos precios en torno a las 260-270 pesetas, lo que supone un gran negocio para las arcas comunitarias. En medios de la Administración española no se entiende la negativa de Bruselas a vender el aceite de peor calidad a precios entre las 250 y las 270 pesetas. En primer lugar, porque con ese precio Bruselas sigue haciendo negocio con el aceite. La segunda razón sería por dejar escapar la posibilidad de ofrecer aceite en buenas condiciones de precio a la industria para tratar de frenar los precios en origen y la inflación. Para la Administración, esos precios no significarían una reducción de las cotizaciones en origen que se mantienen en torno a las 400-410 pesetas.
A pesar de la subasta de 75.000 toneladas de aceite hasta agosto, la evolución futura de las cotizaciones estará más en función de la próxima campaña que, por el momento, se ve con pesimismo por la falta de lluvias. Según las últimas estimaciones de la Agencia para el Aceite de Oliva, la producción hasta el 28 de febrero ha sido de 726.900 toneladas. Las existencias totales de aceite de oliva suponen para final de campaña la posibilidad de tener un stock de empalme de unas 150.000 toneladas. Esta cifra sería suficiente para empalmar campañas, pero mínima si viene otra a la baja.
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