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La directora de la Mujer cuestiona la negociación con las prostitutas

Miura duda de la representatividad de los colectivos de meretrices

La directora regional de la Mujer, Asunción Miura, cree que los problemas que plantea el comercio sexual no se resuelven acotando una zona en la Casa de Campo para las prostitutas, como ha planteado el Ayuntamiento, ni mediante reuniones con los grupos que dicen representar a las meretrices. Miura considera una "falacia" plantear la prostitución como una opción libre y duda de que esos grupos representen a las prostitutas. "Suelen ser colectivos que las manipulan", afirma. El gobierno municipal ha convocado el jueves una reunión para pactar con las meretrices su ubicación en la Casa de Campo. PASA A LA PÁGINA 6

La directora de la Mujer afirma que la prostitución no es una "opción libre"

VIENE DE LA PÁGINA 1El concejal de Seguridad, José Ignacio Echevarría, y la edil de Servicios Sociales, Elena Utrilla, se han citado el jueves con la Asociación de Promoción, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP) para delimitar una zona de la Casa de Campo donde puedan ejercer su profesión sin ser multadas por la policía local por "actos indecorosos". "La prostitución no es un problema que se pueda dilucidar en 15 o 20 días. No se pueden tomar medidas sin entrar más a fondo en el tema. Hay un problema gravísimo que nadie ha abordado: el proxeneta. Nadie ha planteado tampoco qué pasa con el cliente", afirma Asunción Miura. La responsable de la Dirección General de la Mujer en el Gobierno regional (del PP, al igual que el del Ayuntamiento) cuestiona, en cambio, abiertamente la representatividad de los colectivos que se presentan como defensores de las prostitutas: "Decir que la prostitución es una opción libre es una falacia. Esos grupos suelen manipular a las prostitutas. No hay que olvidar que la prostitución es un negocio muy lucrativo. Pero ¿quiénes se prostituyen? Las mujeres más necesitadas económicamente y marginadas socialmente. Una situación desde la que no se puede hablar de libertad de elección", apunta Miura. En el caso concreto de la Casa de Campo, la mayoría de las prostitutas son inmigrantes ilegales y toxicómanas que necesitan dinero para conseguir una dosis. "Esas mujeres no son realmente prostitutas. Son toxicómanas que necesitan entrar en un programa de desintoxicacion. En el momento en que dejen de necesitar la droga dejan de prostituirse", apunta Miura. Debate social La directora de la Mujer considera que las posibles medidas deben surgir de un debate "social e interprofesional". "Hay que abordar el problema desde el punto de vista sanitario y psicológico. La prostitución no beneficia a las mujeres. Basta con ver cómo se encuentran tras años de dedicarse a ella". A su juicio, "la prostitución afecta a una forma de configurar la sociedad, y es ésta la que debe decidir si tiene cabida en una sociedad moderna. Si se admite que debe existir, pues entonces no la tapemos", señala. En espera de ese debate, Miura elude pronunciarse sobre la propuesta del Ayuntamiento, pero se manifiesta al tiempo totalmente contraria a la permisividad frente a una actividad que degrada a las mujeres: "Me niego a que mis hijos vean cómo las mujeres se venden cada día al mejor postor, y eso es lo que está ocurriendo en la Casa de Campo. Los niños están viendo todos los días que las mujeres son objeto de transacción comercial". A la hora de apuntar medidas, la directora de la Mujer pone el acento en la parte que permanece generalmente más protegida en el comercio sexual: el cliente. Porque en ese comercio, como en todas las transacciones económicas, la oferta está directamente relacionada con la demanda. "En Suecia han considerado que la prostitución no es necesaria para la evolución de la sociedad y desde enero está en vigor una ley que penaliza al cliente. La demanda de servicios sexuales a cambio de dinero es ilícita", explica Miura.

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