Maragall afirma que está más próximo al nacionalismo de Pujol que al de Aznar

Polémica light en el desayuno de chocolate con bizcochos con que se inicia cada año el día de Sant Jordi en la Generalitat. Jordi Pujol afirmó la víspera, por televisión, que José María Aznar "es un nacionalista de tomo y lomo". Aunque especificó que lo es del nacionalismo "bueno en sí mismo" que dijo compartir. Ayer, Pasqual Maragall aprovechó la ocasión para marcar distancias. Afirmó que es federalista y no nacionalista; pero luego reconoció que se siente más próximo al nacionalismo de Pujol. "Porque soy catalán y él también lo es, y porque compartimos un mismo escenario", explicó.

El presidente Pujol y el aspirante a relevarle dentro de medio año al frente del Gobierno catalán se saludaron con cordialidad. Era la onomástica del primero y la del padre del ex alcalde, antiguo amigo de Pujol. En el atiborrado Pati dels Tarongers del palacio de la Generalitat coinciden cada año por Sant Jordi, día del libro y la rosa, los dirigentes de todos los partidos, los miembros del Gobierno, los altos cargos de la Administración catalana, diputados de todas las cámaras y las principales representaciones sociales y económicas de Cataluña. Ayer también fue así, y en este contexto, la cordialidad general matizaba la polémica. Aunque se proclamó no nacionalista, Maragall compartió la tesis de Pujol acerca de Aznar. El nacionalismo de Pujol, dijo Maragall, "al menos es consciente y confesado, mientras que el de Aznar es inconfesado e implícito y, por lo tanto, mucho más peligroso". Dicho esto, reconoció, no obstante, que se siente más cercano a Pujol: "Porque soy catalán y él también lo es, y porque compartimos un mismo escenario". Compartir el escenario no es lo mismo que identificarse con la actuación política, y el candidato se cuidó de subrayarlo. Atacó la campaña sobre el déficit fiscal lanzada por Pujol. "Se basa exclusivamente en lamentar, llorar y pedir; es victimista", sentenció. Maragall reiteró estas posiciones tanto en la recepción oficial como luego en un programa de radio emitido desde la Universidad Ramon Llull. Y ratificó lo que había dicho el jueves acerca del apoyo de CiU al ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado. CiU "se traiciona" si aguanta al Gobierno del PP hasta el final, dijo, como no quiso hacer con el Gobierno socialista. Más prudente fue José Borrell, quien también asistió a la multitudinaria recepción de Sant Jordi. Expresó su condena a "los nacionalismos excluyentes", pero destacó la paz en que se desarrolla la actividad social y política en Cataluña a diferencia de, por ejemplo, los Balcanes. Destacó que el mérito del partido socialista ha sido contribuir a crear en Cataluña una sociedad cohesionada "sin diferencias ni enfrentamientos". E hizo un llamamiento para que se apliquen políticas que favorezcan "la inclusión social y la construcción de un país solidario y vertebrado". Preguntado acerca de si en las últimas semanas se ha replanteado su candidatura a la presidencia del Gobierno, Borrell dio una respuesta escueta y tajante: "No, en absoluto", aseguró. El presidente del Partido Popular (PP) en Cataluña, Alberto Fernández Díaz, se creyó en la necesidad de replicar a Pujol en nombre de su líder y proclamó: "En el PP no somos nacionalistas: ni nacionalistas españoles ni nacionalistas catalanes". Acusó a Pujol de escudarse en el nacionalismo en vez de avalar su actuación "desde la gestión eficaz" y mediante políticas de entendimiento y concordia. En opinión del líder de Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V), Rafael Ribó, esta polémica no es más que un juego de artificio que pretende poner sobre el tapete debates ajenos a los intereses que defienden tanto CiU como el PP. "Están vendiendo humo", dijo Ribó. Y calificó de "insensato" comparar la situación catalana y la española con la de los Balcanes. La de ayer fue la ultima festividad de Sant Jordi antes de las elecciones autonómicas. Borrell fue de los que se mostró convencido de que el año próximo se celebrará con Maragall como presidente de la Generalitat.