Nuevos, leales y con memoria
El pasado día 12 de marzo cumplieron un sueño de la inmensa mayoría de sus poblaciones y clases políticas y apenas dos semanas más tarde estaban en guerra con un país con el que compartieron durante medio siglo, al menos parcialmente, la ideología. Son Polonia, Hungría y la República Checa, tres Estados para los que, durante toda la década de los noventa, el deseo de ingresar en la OTAN ha sido una obsesión, muy lógica si se recuerda el pasado de todos ellos. Países centroeuropeos, culturalmente vinculados durante muchos siglos a Occidente, fueron asaltados en la IIGuerra Mundial por los nazis, y cuando éstos eran derrotados en 1945 y en el Oeste se celebraba el resurgimiento de la democracia y la libertad, ellos quedaban secuestrados por la otra gran dictadura, la comunista, y durante nada menos que cuatro décadas. Siempre, desde la cumbre de Yalta, en la que los triunfadores sobre Hitler se repartieron Europa, estos países se sintieron traicionados por Occidente. Finalmente, hace poco más de un mes, se formalizó su ingreso como miembros de pleno derecho en la alianza militar que defiende unos valores comunes. Pero, además, Varsovia, Praga y Budapest ven su integración en la OTAN como una garantía de seguridad y defensa común ante lo que podrían llamarse los giros y sorpresas de la historia. Los tres han sufrido mucho por su proximidad a dos potencias, Alemania y Rusia, cuyo apetito territorial y de hegemonía regional ha sido insaciable en muchas ocasiones a lo largo de su historia.
Las graves incógnitas que surgen de la evolución de Rusia desde la disolución de la URSS y la convicción de que el fin de la guerra fría, como los Balcanes tan dramáticamente demuestran, no supone, ni mucho menos, la armonía generalizada, sino mucho más probablemente la proliferación de conflictos regionales y étnicos, son razones que explican muy bien la ansiedad de los tres de integrarse en la Alianza. Ahora ya están dentro, pero mucho antes de poder acostumbrarse a las ventajas de estar en la organización militar tienen que empezar a cumplir sus obligaciones.
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