_
_
_
_
AULA

Los comedores de las universidades andaluzas pasan al menos dos controles sanitarios al mes

El Rectorado granadino califica de "accidente indeseable" la intoxicación de 165 alumnos

La Delegación de Salud de la Junta en Granada dio el pasado viernes la voz de alarma. Un posible brote de salmonellosis detectado en los comedores centrales de la Universidad había provocado la intoxicación de 39 estudiantes. Aunque los responsables de la Delegación descartaron un gran aumento del número de enfermos, los afectados ascendían ayer a 165. Pero pudieron ser muchos más. El jueves habían comido en Fuentenueva 1.197 personas. La situación, que finalmente no ha revestido gravedad, ha sido calificada por la Universidad de Granada como "un accidente indeseable", pero pone de manifiesto la necesidad de extremar las medidas sanitarias para evitar intoxicaciones masivas. Además de los instalados en cada facultad, en Andalucía existen 10 grandes comedores universitarios, en los que almuerzan y cenan a diario alrededor de 4.500 estudiantes. Y cada uno de ellos debe superar al menos dos controles sanitarios mensuales. El primero lo realiza la propia empresa, que tiene adjudicados los comedores mediante concesión administrativa. El segundo lo imponen los servicios sanitarios municipales. En otras ciudades, como Málaga y Almería, la propia universidad realiza un tercer análisis. La Universidad de Granada, pese a haber sufrido el revés de la semana pasada, es la institución andaluza que ofrece a sus alumnos un servicio de comedor más completo y un control más exhaustivo de la calidad de los alimentos. A continuación se detallan sus principales características. Personal propio. Todos los trabajadores de las cocinas de los comedores centrales de la Universidad de Granada pertenecen al Personal de Administración y Servicios (PAS) de la misma. El resto de universidades han puesto el servicio en manos de una empresa adjudicataria. En total son 56 los trabajadores, entre jefes de cocina y ayudantes, que se reparten en los tres comedores centrales. Manipulación higiénica. Al igual que en los comedores de otras universidades, el personal de cocina debe poseer el carné de manipulador de alimentos y trabajar con guantes, gorro y mascarilla. El vicerrector de Servicios a la Comunidad de la Universidad de Granada, Miguel Delgado, asegura que los cocineros son "conscientes en todo momento de la responsabilidad de guisar para 3.500 personas y observan, por tanto, unas medidas rigurosas en la manipulación de la comida". La propia Universidad, señala Delgado, obliga a su personal a realizar cursos de reciclaje para formarse en los últimos avances sanitarios en la preparación de alimentos. Análisis quincenales. Aunque tiene sus proveedores de confianza, la Universidad de Granada analiza dos veces al mes, y por sorpresa, todas las materias primas que reciben los comedores y las comidas que salen guisadas de sus cocinas. Para ello cuenta con un equipo técnico, dirigido por Guadalupe Marín, y formado por miembros del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. El último incidente registrado en los comedores de Fuentenueva se remonta a 1994, cuando la carne en mal estado de unos canelones produjo enteritis a varios estudiantes. Además del control propio, los comedores son inspeccionados a menudo por el área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Granada. Dieta mediterránea. La dirección de los comedores de Granada sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para confeccionar sus menús, que tienen un aporte máximo de 1.800 calorías (un varón necesita al día 3.600 y 2.300 una mujer). Predominan las legumbres, arroz y pasta, siempre cocinadas con aceite de oliva. La composición dietética se ajusta a los siguientes valores: 15% de proteínas, 30% de grasas y 55% de hidratos de carbono. Sin cerdo para musulmanes. En Granada estudian más de 1.000 marroquíes, a los que les está prohibido comer carne de cerdo. Muchos de ellos almuerzan a diario en los comedores, lo que llevó a la Universidad a descartar siempre la carne de este animal en uno de los dos platos del menú único. "Así, al menos, siempre podrán comer uno y el postre, aunque las reglas del comedor permiten repetir cuantas veces se desee del primer plato", señala Delgado. El vicerrector considera, que pese al "accidente" de la salmonella, los alumnos están contentos con el servicio ofrecido. "La prueba es que, aunque en inferior medida [ayer un 30% menos], siguen viniendo a comer", manifestó.

Menú a 375 pesetas

Dos platos, postre, pan y vino: 375 pesetas. La Universidad de Granada ofrece el menú más económico, aunque le siguen de cerca Almería (445), Córdoba (490), Huelva (500) y Málaga (545). "Unos comedores centrales no son rentables para una universidad", asegura el vicerrector de Servicios a la Comunidad, Miguel Delgado. Granada invierte 60 millones al año en subvencionar el almuerzo de sus alumnos, ya que el coste real del menú para la institución docente, entre alimentos (200 pesetas) y mano de obra (400), es de 600 pesetas. En la misma inversión se incluyen las 600 becas de alimentación que cada año concede la universidad. Pese a todo, mantiene tres comedores "por tradición": los de Fuentenueva (27 años en funcionamiento), Cartuja (10 años con gestión pública) y el del colegio mayor Isabel la Católica (3 años), en el que además se dan cenas. La apertura de este último significó el fin de las interminables colas que, durante años, se producían en Fuentenueva. Los tres ofrecen un menú unificado al mismo precio. Cádiz y Jaén no disponen de comedores centrales. En el resto de universidades andaluzas existe sólo un comedor, excepto en Sevilla, donde operan dos. La mayoría funciona de lunes a viernes. Fuentenueva abre en sábado y Córdoba, incluso en domingo. Granada es la institución académica que más comidas ofrece diariamente, con una media que oscila entre 3.000 y 3.500, lo que supone unas 600.000 al año. A distancia están Almería, con 500, Córdoba (350), Málaga (300) y Huelva (entre 50 y 200).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_