Estudiantes de Arquitectura de Sevilla diseñan proyectos para hacer la ciudad más habitable
Dos alumnas "convierten" la Alameda de Hércules en un espacio de ocio y cultura
Los alumnos de 2º curso de Arquitectura Superior de Sevilla han puesto la ciudad patas arriba, le han dado dos vueltas, la han organizado, rediseñado y la han convertido en un espacio más habitable. Todo sobre el papel, claro. Todavía son alumnos y sus trabajos necesitarán, a buen seguro, que se les saque un poco de punta. "Pero sus ideas no son utópicas y hay que ver la frescura con que estos estudiantes se atreven a proponer soluciones para la ciudad", dice Esteban de Manuel, su profesor. A él se le ocurrió este proyecto de innovación educativa titulado Vivienda y Ciudad en Sevilla, que ha dividido la clase en varios grupos y los ha sacado del aula para que trabajen con la realidad de la calle. "El objetivo es que los alumnos se acerquen directamente a la ciudad, que conozcan sus problemas y se posicionen como ciudadanos, en esa dimensión que muchas veces los arquitectos hemos perdido", explica De Manuel. Entre todos han intentado mirar a la ciudad a vista de pájaro y solucionar sus problemas de una manera global, que integre todos los aspectos. No sólo quieren hacer una casa bonita, sino que esté en un barrio en el que se viva mejor y en una ciudad más cómoda. Y todo, sin olvidar el pasado, cómo se vivía tradicionalmente en Sevilla. "De nada sirve conservar una fachada por su valor histórico artístico, que no siempre es tanto, si no se conserva la estructura de la vivienda y del urbanismo de la zona". Manos a la obra. Los alumnos han creado un tranvía que, en forma de cruz, divide la ciudad en cuatro cuadrantes, han convertido la plaza de la Encarnación en un foro romano, han propuesto soluciones para el centro histórico, han solucionado problemas de aparcamientos, han modificado el trayecto de las líneas de autobuses y el costo de este servicio, han creado un servicio de carril-bici para acercar la universidad a las viviendas. Rosana Paradell Mohedano es cordobesa y su compañera María Dolores Martínez, de Almería. Ambas estudian Arquitectura en Sevilla. No conocían la Alameda de Hércules, pero cuando la vieron pensaron: "Qué de posibilidades tiene esto". Para transformarla, claro, y hacerla más habitable. Así que estudiaron sus problemas: coches que lo ocupan todo, vecinos que no bajan al parque, problemas sociales de droga y prostitución en la zona, falta de subvenciones para arreglar las viviendas. Y les dieron soluciones hasta transformar la plaza en un parque digno de un cartel electoral. "Hemos desechado en nuestro proyecto la idea de un parking subterráneo porque traería un flujo de coches que no revertiría económicamente en la zona y que no solucionaría el aparcamiento a los residentes. Y la plaza quedaría sin árboles". Ambas han diseñado con todo lujo de detalles una Alameda dividida en dos partes, con una plaza adoquinada para el mercadillo, un parque infantil, aparcamientos reorganizados. Han pensado en peatonalizar la calle Trajano, en crear centros sociales y residencias estudiantiles ocupando edificios en desuso. Han colocado una fuente en medio de la plaza y la han llenado de luz. El proyecto está aderezado de imaginación, pero tiene una base firme: múltiples entrevistas a los vecinos y la inspección de la zona, casa por casa, para comprobar el estado de las viviendas. Saben el tejido social de la Alameda y la situación económica de sus habitantes. Y además se lo han pasado en grande. "Por primera vez nos hemos dado cuenta de que estamos estudiando Arquitectura".
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