"No asumiremos más costes por el vertido"

Una enorme carpa blanca, fino en las copas y sevillanas de fondo. Ése fue el escenario escogido por el presidente de Boliden Limited (16 minas abiertas en cinco países), el sueco Anders Bülow, para celebrar el pasado jueves con los trabajadores de Boliden Apirsa, filial de Limited, la reapertura de la mina de Aznalcóllar. Hace apenas un año se enfrentaba en Sevilla a una rueda de prensa que buscaba explicaciones a la rotura de la balsa de residuos de la explotación, que provocó el vertido tóxico en el río Guadiamar. Entonces, y ahora (más relajado y escoltado por el abogado de Apirsa, Carlos Loring), en una entrevista concedida a EL PAÍS, Bülow se escuda en una consigna tenaz: Boliden no es el principal responsable del desastre. P. Las Administraciones central y autonómica pusieron muchas veces en duda su interés en reabrir la mina. ¿Pensaron en cerrar?

R. El riesgo en realidad siempre ha estado presente. Como se sabe, ésta es una rama de la industria en la que se realizan acuerdos contractuales a largo plazo. Después de la rotura declaramos un cese de actividad por fuerza mayor y lo cierto es que nuestros clientes, después de cierto periodo de tiempo, tienen la posibilidad de cancelar esos contratos y buscar sus suministros en otros lugares. Nuestra misión era conseguir mantener la confianza de la mayoría de los clientes, y lo hemos conseguido, aunque tuvimos que afrontar otros factores como la situación general del mercado de metales y el entorno financiero.

P. En este año, el valor de sus acciones ha sufrido un duro golpe y la situación financiera de Boliden se ha complicado.

R. La situación financiera del grupo es una cosa y el valor de la empresa en Bolsa es otra. El valor consolidado del grupo es de 700 millones de dólares [unos 110.000 millones de pesetas], y el accidente no ha supuesto ningún problema financiero para el grupo. Sí es verdad que las acciones han sufrido un bajón [de 12,5 a 2,7 dólares] y esto tiene varias explicaciones: es indudable que el parón de Boliden Apirsa ha tenido su efecto, pero dentro de un sector, el de materias básicas, que desde hace un año y medio está en baja. Y otro elemento importante ha sido que Trelleborg [multinacional sueca], que tenía la mayoría de las acciones, decidió dar un golpe de timón en su estrategia con Boliden y desprenderse de sus acciones, repartiéndolas como dividendos entre sus propios accionistas. Boliden, además, tenía un compromiso con Trelleborg para que suscribiera una parte de la última ampliación de capital [12.910 millones de pese-tas]. Trelleborg se ha desentendido de la gestión, pero ha pagado su parte con su participación en la ampliación de capital. Todo eso ha generado una gran presión sobre las acciones, pero no tiene nada que ver con la situación financiera del grupo.

P. En todo caso, el vertido tóxico ha dañado gravemente la imagen de Boliden.

R. Obviamente sí. Eso ha sido una de las principales fuerzas que nos ha movido a realizar todas las operaciones de limpieza y a centrar nuestros esfuerzos en la reapertura. En esta industria es muy importante tener un comportamiento ciudadano decente y se pueden ver los resultados, el área está muy recuperada. La reapertura va a ser decisiva para realzar la imagen de Boliden

P. Las autoridades españolas señalan a Boliden cuando se refieren a los costes (unos 14.000 millones) de la limpieza del Guadiamar.

R. Nuestra intención es no asumir más costes adicionales por el accidente [Boliden se ha gastado 4.300 millones en la recogida de lodos y en indemnizaciones a cosechas] y nuestro objetivo en el futuro es recuperar el dinero que hemos avanzado porque es así como lo vemos. Será finalmente el sistema judicial el encargado de decidir la responsabilidad, aunque creo que tenemos una posición de fuerza, bien consolidada para ganar la batalla judicial. Y quiero clarificar un aspecto: que hayamos reconocido nuestra responsabilidad en las tareas de limpieza y recuperación no quiere decir que tengamos una responsabilidad legal

P. Pero ustedes son los propietarios de la balsa cuya rotura provocó el desastre.

R. Si se enfoca así, el análisis que se puede hacer es demasiado simplista. La situación legal es mucho más complicada. Hay muchas partes implicadas en el proceso: los antiguos propietarios [Banco Central], las firmas encargadas del diseño y la construcción de la instalación [Dragados y Construccio-nes], y las autoridades que aprueban el diseño y la construcción de la instalación. No soy quién para decidir quién tiene la responsabilidad, pero, según la investigación de la empresa, si existe alguna responsabilidad en el accidente, es limitada.

P. ¿Van a realizar nuevas inversiones en la comarca?

R. Después de lo que ocurrió la pasada primavera, las nuevas prospecciones dejaron de ser una prioridad, ahora nuestra preocupación fundamental es poner en marcha la mina. Pero esos objetivos siguen ahí y es muy posible que exploremos otras oportunidades en la zona.