_
_
_
_
GUERRA EN YUGOSLAVIA Política y diplomacia

"Hemos aprendido las lecciones de Bosnia"

Xavier Vidal-Folch

"Tenemos ahora la obligación de hacer lo que no hicimos en 1991 cuando comenzó la guerra en la exYugoslavia", dijo el 9 de marzo de 1998 la secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, al desatar Milosevic la represión antikosovar. "Hemos aprendido las lecciones de Bosnia", recapitula el embajador español, Javier Conde. Sobre todo, la unidad. Entonces los europeos se fracturaron entre una Alemania defensora de la independencia de Croacia y Eslovenia y una Francia proserbia. Hoy han mantenido la unanimidad, superando múltiples obstáculos: los recelos de los neutralistas (Irlanda, Suecia, Finlandia y Austria); las objeciones de una Grecia que comparte religión ortodoxa y otros lazos con Belgrado; las angustias de la vecina y abrumada Italia; los matices de la rusófila Francia, siempre partidaria de apoyarse en la ONU; los desconciertos alemanes.

Más información
Los europeos aceptan cada vez más la implicación de sus Gobiernos en el conflicto

¿Cómo ha sido posible? Por la mala conciencia histórica de 1991, la capacidad de arrastre de EEUU, el agotamiento de la vía diplomática durante un año y la creciente evidencia de las atrocidades de Milosevic: Pristina no es sino la última edición de Mostar, Sarajevo y Dubronik.

Todo ello ha permitido actuar militarmente un año después de iniciada la crisis, frente a los cuatro años que se necesitaron en Bosnia. Los bombardeos contra los serbobosnios se iniciaron el 30 de agosto de 1995; el 20 de septiembre, su resistencia cedía. Pocos se acuerdan de ese considerable lapso. Y eso que los de Pale, comparados con Belgrado, eran aprendices con cerbatanas.

Si Kosovo sigue a Bosnia con similitudes y novedades, se diferencia mucho de la guerra del Golfo. Ahora Washington empuja, pero no toma las decisiones en solitario. Los 19 consensúan incluso qué objetivos se bombardean cada día.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_