Un grupo de expertos admite que la rehabilitación de cascos históricos debe superar el "fachadismo"

A pesar del relativo éxito que en Málaga ha tenido el plan de rehabilitación del centro histórico, los expertos admiten que cualquier intento de recuperación de cascos históricos debe trascender el mero fachadismo arquitectónico e implicar a los sectores sociales. El simposio Experiencias en ambientes urbanos históricos está permitiendo en Málaga contrastar experiencias de rehabilitación en distintos países. La voluntad de recuperar la habitabilidad encontró una apuesta en Francisco de la Torre, concejal de Urbanismo: crear viviendas de bajo alquiler para jóvenes.

El simposio reúne hasta esta tarde en el Instituto de Estudios Portuarios a arquitectos, historiadores y técnicos de varios países con la intención de contrastar experiencias de rehabilitación de varias ciudades europeas. Nápoles, Florencia, Menton (Francia), Hertogenbosch (Holanda), Bilbao, Barcelona y Málaga participan con la comunicación de proyectos-piloto de boca de sus responsables. Las ponencias han desgranado determinados conceptos tendentes a superar el principal problema de los cascos históricos en Europa: su conversión en focos de marginación. Así, se han ido repitiendo ideas y necesidades como aplicación de programas de desarrollo sostenido y de ahorro energético y de materiales, reciclaje de residuos urbanos, mejora de las condiciones de habitabilidad y búsqueda de equilibrio entre la rehabilitación de elementos arquitectónicos históricos y la creación de nuevos hitos -caso del Museo Guggenheim de Bilbao- en el paisaje urbano. Interior Los expertos han coincidido en que a la rehabilitación de fachadas debe añadirse la del interior de las viviendas. "El debate del fachadismo no es más que una consecuencia de la crisis de la propia arquitectura", apuntó el arquitecto barcelonés Joan Casadevall, responsable del estudio de color del Centro Histórico de Málaga y de varias ciudades españolas como Barcelona, Sevilla, Melilla o Girona. Casadevall, que presentó anoche un completo estudio sobre los edificios del casco histórico de Málaga y sus propuestas de rehabilitación cromática en las fachadas de los mismos, cree que "la ausencia actual de estilos arquitectónicos reconocibles por la sociedad lleva a los ciudadanos a buscar estilos que seudomimeticen los antiguos". En realidad, las jornadas están sirviendo de escenario para la promoción de los logros del Plan de Rehabilitación del Centro Histórico de Málaga, para el que la empresa de Casadevall ha elaborado un estudio arquitectónico buscando la recuperación de colores y técnicas originales en las fachadas. Casade-vall destacó ayer el valor de los elementos ornamentales de las fachadas barrocas del centro de Málaga, "únicas en España". El arquitecto añadió que ha sido en Málaga en la ciudad donde más éxito ha tenido la promoción de este programa. Sin embargo recordó que su trabajo "va más allá que la elaboración de una paleta de colores para los usuarios". Las cifras hablan de un relativo éxito de este plan, galardonado por las Naciones Unidas el año pasado con el Premio Hábitat. El plan, creado hace tres años y medio bajo coordinación de la Oficina del Centro Histórico, está subvencionado con fondos Urban. Hasta la fecha se han concedido 201 subvenciones para rehabilitar los 1.500 edificios estudiados y censados, deteniéndose el proceso de abandono del centro que en quince años había reducido su población en un 30%. El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga Francisco de la Torre cifró ayer la población actual del centro en unas 6.000 personas. En su opinión, no se trata tanto de aumentar el número de habitantes como de mejorar las condiciones de los mismos. De la Torre reconoció la necesidad de "captar a la juventud y minimizar los efectos de la movida" y anunció promociones de vivienda en alquiler para jóvenes entre 11.000 y 19.000 pesetas para permitir la articulación social en el casco histórico. El concejal señaló a Barcelona como su ciudad modelo y se puso un plazo y un precio para que Málaga logre un centro "habitable y digno": cuatro o cinco años y una inversión de 8.000 millones de pesetas que habrán de completarse con la iniciativa privada.