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El mexicano Jorge Volpi gana el Biblioteca Breve en la 'resurrección' del premio

El galardón no se convocaba desde 1972

Cuarenta y un años después de su primera convocatoria y tras 27 de su desaparición, la editorial Seix Barral, propiedad de Planeta, ha vuelto a poner en marcha el Premio Biblioteca Breve. Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968), con En busca de Klingsor, fue proclamado ayer, en el transcurso de un acto celebrado en Sitges, ganador de los cinco millones del galardón y continuador de una lista de escritores que han hecho historia en la literatura española e hispanoamericana.

Para la "resurrección" del premio, en palabras de Basilio Baltasar, editor de Seix Barral, "se necesitaba algo especial". El envite era comprometido. Nada más y nada menos que dar continuidad a una nómina de premiados que incluye a autores como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Juan Benet, Juan Marsé, Guillermo Cabrera Infante y Luis Goytisolo. Los dos últimos, miembros del primer jurado de esta segunda etapa, junto a los escritores Pere Gimferrer, Susana Fortes y el mismo Baltasar. A juicio de Cabrera Infante, que se llevó el galardón en 1964 por Tres tristes tigres, la novela de Volpi, a la que calificó de "obra maestra", está en "línea directa" con esa lista.Volpi, abogado de formación, dejó México en 1996, después de trabajar como secretario del procurador general de Justicia (equivalente al fiscal general del Estado) de su país. Desde entonces vive en España. Tardó cuatro años en dar forma a una historia de "cienciafusión", en palabras de Cabrera Infante. Una novela estructurada en tres partes y un prefacio -como la ópera Parsifal, de Richard Wagner, de la que sacó el nombre de Klingsor-, que intenta, según el autor, "abordar el mundo de la ciencia". El objetivo: "Escribir sobre la incertidumbre", una de las claves, a juicio de Volpi, del siglo XX.

A medio camino entre el ensayo y la novela de acción, En busca de Klingsor narra la historia de un joven físico y militar norteamericano que llega a Núremberg en 1964, cuando se iniciaban los juicios contra los criminales de guerra nazis, para descubrir el paradero de un personaje que, supuestamente, fue asesor científico de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Volpi, sin embargo, muta esta trama cercana a la novela de espías en una indagación sobre el nacimiento de la ciencia moderna. Para Susana Fortes, el "fondo detectivesco" de En busca de Klingsor, la hermana con la "tradición narrativa de El nombre de la rosa, de Umberto Eco".

"En el siglo XIX se pensaba que la ciencia podía resolver todos los problemas del mundo. En el siglo XX, y con la teoría de la relatividad de Einstein, la física cuántica de Plank y el principio de incertidumbre que se deriva de ella, se ha demostrado que la ciencia ya no es la medida de todo", reflexionó Volpi. Junto a la reproducción de ese mundo, Volpi llega a la necesaria reflexión, con el contexto de la guerra que vio explotar la bomba atómica, de "hasta dónde la ciencia puede ser cercana al mal".

En busca de Klingsor, subrayó Cabrera Infante, "utiliza la ciencia para dar una lección de moral". Es, continuó, "una novela alemana escrita en español". ¿Por qué? Volpi reconoció que con el libro quiso "trazar una línea de continuidad con la novela centroeuropea de finales del siglo XIX y principios del XX". Y responder, también, a una de las novelas que más le marcaron como lector: Doktor Faustus, de Thomas Mann.

Adiós al realismo mágico

Una temática que se aleja del realismo mágico de la literatura hispanoamericana. Goytisolo, que inauguró el Premio Biblioteca Breve en 1958, incidió en este aspecto de la novela: "Es una obra insólita. Cuando la leía no tenía ni idea de dónde podía proceder su autor".Volpi asintió a sus afirmaciones y fue más allá: "He intentado no seguir el realismo mágico, pero tampoco he querido asesinarlo con el realismo duro de influencia norteamericana con que mi generación le respondió". Para el autor mexicano, que ya ha publicado cinco novelas y un ensayo, "en literatura se puede escoger a la familia de cada uno". Sus padres literarios, añadió tras agradecer su inclusión en la "hermandad" del Premio Biblioteca Breve, son "algunos de sus ganadores", en alusión a Vargas Llosa, Cabrera Infante y Goyitsolo.

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