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Iberia reclama a Fomento que mueva un kilómetro la nueva terminal de Barajas

Vicente G. Olaya

La nueva terminal de Barajas amenaza con moverse por tercera vez antes incluso de que se haya puesto un solo ladrillo de su estructura. Iberia -compañía que efectúa el 50% de las operaciones del aeropuerto madrileño- ha pedido al Ministerio de Fomento que sitúe el nuevo edificio entre las futuras pistas tercera y cuarta, ya que el lugar donde está proyectado ahora (junto a la segunda pista) disparará los tiempos de rodadura de los aviones y de conexión entre vuelos. Entre la localización actual y la que propone Iberia hay un kilómetro de distancia.Un portavoz del ministerio negó ayer esta posibilidad. "No se puede volver a modificar otra vez el proyecto. Esto supondría un retraso de seis años más en la ampliación de Barajas", indicó. Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), organismo público que gestiona Barajas, no es tan tajante. Considera que Fomento debe tomar la decisión después de sopesar los pros y los contras de la petición de Iberia, porque mover la terminal podría aumentar su eficiencia.

La nueva terminal, que, según las previsiones iniciales del Ministerio de Fomento, tendría que inaugurarse a finales del próximo año, sólo existe actualmente sobre planos. Y ni siquiera están acabados. El proyecto fue adjudicado en octubre de 1997 a los arquitectos Antonio Lamela y Richard Rogers, pero en febrero de 1998 recibieron la orden de modificarlo porque la terminal se situaba en la senda de aterrizaje de la segunda pista: una aeronave con problemas para frenar podría colisionar con el edificio. Para evitarlo, la terminal fue trasladada, en los planos, 338 metros al sur. Cuando todo parecía resuelto hubo que hacer otro cambio. Su aparcamiento para turismos resultaba pequeño para un aeropuerto que aspiraba a mover 40 millones de pasajeros al año.

Transportes intermedios

La reubicación de la terminal obligaría a alterar el plan de accesos a Barajas

Los vuelos intercontinentales fueron los que registraron mayores retrasos. Por ejemplo, un vuelo a Miami de Iberia, con unos 400 pasajeros, partió ayer de Barajas con nueve horas de retraso. Un portavoz del aeropuerto explicó que la aeronave había llegado a Madrid desde América con un retraso inicial de seis horas. "El avión tuvo un problema técnico en alguna de sus escalas centroamericanas, lo que hizo que aterrizase en Madrid con un gran retraso". Posteriormente, un problema técnico en uno de sus motores obligó a retrasar de nuevo el vuelo, que partió pasadas las nueve y media de la noche.Actualmente, y dada la congestión que sufre el aeropuerto, un importante número de operaciones se efectúan con retraso. Eso hace que los permisos de vuelo internacionales caduquen (tienen una vigencia horaria limitada) y que las compañías tengan que renovar constantemente las autorizaciones. Pero eso sólo se logra si las hay disponibles. El espacio aéreo de Francia, Italia y Suiza, desde hace meses, sufre importantes restricciones, que oscilan entre el 10% y 50% de su capacidad habitual. Perder un permiso de vuelo (slot, en la jerga aeronáutica) puede ocasionar que un avión salga con muchas horas de retraso.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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