Desde octubre estará prohibido fumar en los vuelos nacionales y autocares
Romay planea eliminar el tabaco también en los aviones a Europa
El Ministerio de Sanidad y Consumo quiere extender la prohibición de fumar a los vuelos europeos. Lo dijo ayer el ministro José Manuel Romay Beccaría, momentos después de que los responsables autonómicos aprobaran el proyecto del Gobierno de prohibir a los fumadores poner en práctica su hábito en los vuelos nacionales y en los autobuses interurbanos. La norma entrará en vigor en octubre si se cumplen las previsiones.
Fumar está prohibido en los vuelos nacionales cuya duración es inferior a la hora y media desde 1992. El Gobierno ya ha anunciado su intención de que esta prohibición se extienda a todos los vuelos con origen y destino en ciudades españolas. Pero el Ministerio de Sanidad quiere que tampoco se pueda encender un cigarro en los vuelos españoles que tengan como destino una ciudad de alguno de los 15 estados miembros de la Unión Europea (UE) o que lleguen desde ellos a España. Para ello, el Gobierno ha remitido una consulta sobre el tema a la UE.Hasta que la Unión Europea no responda a esta consulta, la propuesta de impedir fumar en los vuelos europeos que partan o tengan como destino España será sólo un deseo. Por eso, por ahora esta posibilidad no está recogida en el decreto que impone nuevas restricciones a los fumadores en los transportes públicos, un proyecto que el Gobierno ya tiene casi listo y que ayer fue sometido al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en el que se sientan los consejeros de Sanidad de las 17 comunidades autónomas y los responsables sanitarios de la Administración central. La proposición del Gobierno, un decreto que aún está en fase de proyecto, fue aprobada por unanimidad en este foro, explicó Romay Beccaría.
Con este paso, el decreto puede ya tomar forma definitiva antes de ser sometido al Consejo de Ministros. Y si los cálculos del ministro se cumplen, a partir del próximo otoño no se podrá fumar en ningún vuelo nacional ni tampoco en los autobuses interurbanos -en los urbanos no se puede actualmente-, funiculares o teleféricos. La decisión de hacer desaparecer las zonas de fumadores de las últimas filas de los autobuses interurbanos surge de una recomendación del Defensor del Pueblo.
En los trenes y barcos sólo se podrá encender un cigarro en los camarotes y vagones ocupados únicamente por fumadores. Es decir, que en los viajes de aquellas compañías ferroviarias y marítimas que no dividan de esta forma el pasaje tampoco estará permitido fumar. Los departamentos de fumadores no podrán ser nunca superiores al 50% del aforo total del transporte en cuestión.
Norma confusa
La nueva norma pretende, según el Gobierno, evitar que halla problemas de interpretación sobre dónde se puede fumar y dónde no. El decreto de 1992, que regula el etiquetado del tabaco e impuso restricciones sobre su uso en algunos transportes públicos establecía la prohibición de fumar en los vuelos nacionales que duraran menos de hora y media. Pero siempre según la duración de vuelo programada por la compañía.Esta circunstancia provocaba que no se tuvieran en cuenta, dice el Gobierno, los retrasos por circunstancias climatológicas o por la obligación de hacer escalas técnicas, por ejemplo. Para impedir confusiones como estas, el Gobierno ha optado por aumentar las prohibiciones, ayudado por "una mayor concienciación social" del respeto a los no fumadores.
Romay Beccaría aseguró que un tercio de las muertes de españoles entre los 50 y los 65 años están relacionadas con el tabaco. En este sentido, el ministro se mostró optimista por la evolución de las cifras de tabaquismo entre los profesionales sanitarios, que cumplen "un papel modélico" para prevenir el tabaquismo entre la población. Un estudio realizado entre los del Insalud y presentado ayer al Consejo Interterritorial muestra que, por primera vez, estos profesionales fuman menos que la población general. Aunque sea muy poco menos.
El 34,7% de los médicos españoles fuman, frente a un 35,7% de la población, según la Encuesta Nacional de Salud de 1997. 10 años antes, ese porcentaje se elevaba al 49,2% (más de 11 puntos por encima del porcentaje general). Sin embargo, los enfermeros (43,2%9) y los médicos de atención primaria (39,8%) superan la media nacional. El optimismo viene del hecho de que casi la mitad de los profesionales sanitarios que fuman asegura haber hecho algún intento serio de abandonar el tabaco y un 35,5% de ellos están convencidos de que lo lograrán antes de dos años.
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