El "apóstol" Tomás Meabe
Para estos socialistas de Eibar, como para otros muchos, Tomás Meabe (1879-1915) es un ejemplo digno de admiración: el del "joven bilbaíno hijo de concejal nacionalista de buena familia voluntariamente pasado a las filas de los socialistas". Fue un místico que elevó las ideas a la categoría de mitos. Paco Lanas es claro en su catalogación: "De haber vivido en la época de Jesucristo hubiera sido uno de sus apóstoles". Los artículos de Meabe sirvieron de modelo a los padres de aquellos chavales que recibían la formación socialista en Eibar. Se dice que sus palabras, como aquellas de "la humanidad no progresa imitando sino perfeccionando", procuraban repetirlas sus compañeros socialistas. Para Paco Lanas, Tomas Meabe dio a los trabajadores una razón para vivir y luchar por una causa justa, "nos imbuyó de un espíritu compartido y así, por ejemplo, poníamos parte de nuestra paga en difundir sus ideas o la de sus compañeros, aportando dinero para que se editaran periódicos o libros, vendiéndolos luego en la calle, participando de la puesta en común del socialismo". Leyendo a Meabe se entiende esa participación unánime y caliente del pueblo de Eibar en favor de la República y se comprende el disgusto de aquellos que vivieron aquellos tiempos y que aseguran que "ahora no es lo mismo; las nuevas generaciones no quieren saber lo que fue la guerra o los años que las precedieron y los que vinieron después". Por eso recuerdan con nostalgia a aquel Tomás Meabe que al volver de un destierro observa que "al pasar sobre el río internacional he visto un pajarillo, que cantando lo cruzaba sin saber que iba de una nación a otra porque los pajarillos no entienden de tapias y fronteras. ¡Ah, si los hombres fuésemos como ellos, cuantas guerras y enfrentamientos se evitarían!...". Eibar se levantó con la República a la hora del despertar de los pajarillos.
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