Aznar y Blair proponen una cumbre de la UE para impulsar una reforma económica
El Gobierno descarta proponer como miembro de la Comisión a un nacionalista catalán
El laborista Tony Blair y el conservador José María Aznar han decido unificar su discurso político en temas socieconómicos e impulsar una reforma liberal de la Unión Europea. En una declaración conjunta hispano-británica, hecha pública ayer por el primer ministro británico y el presidente del Gobierno español, se propone una reunión extraordinaria del Consejo Europeo durante la presidencia portuguesa, en el primer semestre del año 2000, para debatir "las orientaciones futuras de las políticas de empleo, competitividad y reforma económica en Europa".
Los Gobiernos británico y español han decidido constituir un grupo de trabajo con rango ministerial para estudiar la reforma del mercado de bienes y capitales y analizar otros asuntos como la apertura de la economía internacional.La sintonía política y personal entre Tony Blair y José María Aznar parece total. Ayer, de pie en la puerta de la mansión de Chequers, la residencia de fin de semana de los primeros ministros británicos, ambos rivalizaron por darse mútuamente la razón en todos los temas abordados, desde la reforma económica europea hasta la guerra de Kosovo pasando, incluso, por Gibraltar. Sobre éste último tema coincidieron en señalar que hablan del tema con gran discreción. Blair llegó a decir que estudiará con gran atención un documento sobre tráficos ilegales en Gibraltar que Aznar le entregó el pasado mes de febrero.
Aznar, acompañado de su esposa, Ana Botella, y de sus dos hijos varones, José María y Alonso, llegó a primera hora de la mañana a una base aérea próxima a Chequers para pasar el fin de semana con la familia Blair. La residencia del primer ministro británico, una mansión del siglo XVII rodeada de un magnífico jardín, se encuentra en las próximidades de Oxford y ha sido visitada a lo largo de los años por primeros ministro y jefes de Estado, como atestiguan las placas situada juntos a los árboles que fueron plantando los ilustres visitantes.
La declaración de Chequers, un documento de siete folios, en el que se aboga por la reforma económica de la Unión Europea para que sea más "competitiva", propone entre otras medidas la creación de empleo reduciendo la carga fiscal, fomentar el trabajo a tiempo parcial, minimizar las cargas administrativas para las pequeñas y medianas industrias y otras fórmulas conocidas del ideario liberal.
Además de "flexibilizar" el mercado de trabajo y reformar el mercado de bienes y de capitales, abriendo, entre otros, los mercados básicos de electricidad, gas, correo y ferrocarril, el texto propone reducir las ayudas públicas a la industria y se opone a la "competencia fiscal desleal". Sin embargo, está en contra de "la armonización del impuesto de sociedades en la Unión Europea". En su opinión, resulta "innecesaria para el funcionamiento del mercado interior". Todo el documento, y la iniciativa política que conlleva, apunta a una reforma del modelo social europeo para "modernizarlo y fortalecerlo, no debilitarlo", según se afirma textualmente.
Ésta es la segunda declaración conjunta efectuada por los Gobiernos de Blair y Aznar, que ya presentaron una iniciativa común sobre empleo en la Unión Europea. Fruto de esa estrecha colaboración -el Reino Unido parece deseoso de unir a España a su estrategia europea- fue el seminiario hispano-británico sobre políticas de empleo, celebrado en Sevilla el pasado mes de noviembre, que tendrá su continuación el próximo mes de julio en Oxford.
Blair llegó a afirmar que en su opinión las relaciones entre el Reino Unido y España "nunca han sido mejores ni más estrechas" y que la relación que ha establecido con Aznar sobre temas claves no "sólo es buena para nuestros dos países sino para el conjunto de Europa".
Ante tanta coincidencia, el tema de Gibraltar resultaba incómodo para ambos jefes de Gobierno, que hicieron lo posible para esquivar las preguntas tanto de la prensa española, que reclamó información sobre el estado de las negociaciones, como de la gibraltareña, que preguntó por las medidas que el Reino Unido piensa adoptar para acabar con los controles españoles en la verja del Peñón. Aznar y Blair se refugiaron en la "discreción" y descargaron en sus ministros de Asuntos Exteriores la responsabilidad de hacer avanzar las negociaciones.
A preguntas de la prensa española, y ante la próximo relevo de la Comisión Europea, José María Aznar descartó que el Gobierno vaya a proponer a un nacionalista catalán como comisario. El presidente del Gobierno dijo que se mantendrá la actual situación, en que uno de los dos comisarios que propone el Gobierno a Bruselas saldrá de los candidatos que le indique el principal partido de la oposición, el PSOE. El otro será, igual que ahora, del partido del Gobierno.
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