El Gobierno ruso se muestra convencido de que Milosevic busca una solución política

El liderazgo ruso sigue con el doble juego de predicar su apoyo a Yugoslavia y excluir la participación directa en el conflicto. Ayer, el presidente Borís Yeltsin mostró su indignación por los ataques de la OTAN, que calificó de actos de "barbarie", y anunció nuevas iniciativas diplomáticas. Serguéi Prijodko, vicejefe de la Administración presidencial, declaró que el alto el fuego unilateral de Belgrado está en línea con los esfuerzos rusos para buscar una solución política.

Yeltsin aseguraba que cuenta con un "sólido plan de acción" para solucionar la crisis y que no pasa un solo día sin que su Gobierno estudie nuevas alternativas. Además, acusó a la Alianza de bombardear monumentos históricos protegidos por la Unesco. Mientras, el primer ministro, Yevgueni Primakov, habló por teléfono sobre la crisis con el vicepresidente estadounidense, Al Gore. Todo esto ocurría el mismo día en que el patriarca ortodoxo Alejo II bendecía el primer envío masivo de ayuda humanitaria a Belgrado, y cuando una delegación de la Duma partía con ese mismo destino.Tras el fracaso del viaje relámpago a la capital yugoslava del primer ministro, Yevgueni Primakov, que no logró arrancar ninguna concesión sustancial de Slobodan Milosevic, Rusia envió un barco espía a la zona de conflicto y pidió que los ministros de Exteriores del G-8 y del Grupo de Contacto se reunieran urgentemente. Lo único que ha conseguido es que este último foro convoque un encuentro de directores políticos. De sus seis miembros, sólo Rusia no es miembro de la OTAN. Mañana llegará a Moscú el presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, Knut Vollebaek, ministro de Exteriores de Noruega.

Ataque terrestre

Según el jefe de la diplomacia rusa, Ígor Ivanov, la OTAN prepara ya la invasión por tierra de Yugoslavia, y en el próximo futuro emplazará en Albania y Macedonia más de 60.000 soldados dispuestos para intervenir. EE UU, añadió Ivanov, forma ya un grupo táctico especial, equipado con helicópteros Apache y misiles Atax, y tropas británicas, francesas, italianas y alemanas serán transportadas a la zona. El objetivo es "aislar a Kosovo de Yugoslavia" e implantar en "un Gobierno provisional" basado en la guerrilla independentista. En el futuro, concluyó, "Montenegro y Voivodina podrían correr la misma suerte".El viceprimer ministro ruso, Yuri Masliukov, reiteró que, "aunque haya algunos locos en Rusia que quieren que se envíen armas a Yugoslavia, eso es imposible e innecesario". En su opinión, cada día los norteamericanos están "más cerca de un callejón sin salida".

Eso es lo que cree el gobernador de Krasnoyársk y precandidato presidencial, Alexandr Lébed, que se dice convencido de que EE UU no puede derrotar a Yugoslavia y de que la opinión pública de ese país, que ahora apoya los ataques, cambiará "tan pronto como los primeros centenares de cadáveres lleguen a EE UU".