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Agnes Baltsa cree que Carmen busca en la muerte su libertad

La 'mezzo' favorita de Karajan canta en el Real la ópera de Bizet

Dicen que tiene alergia a las fotos, pero es atractiva. Y muy simpática. Cuando critica a alguien —ayer se metió con José Cura y calificó como "un error" los trajes diseñados por Jesús del Pozo para la función— pone una sonrisa espléndida. La mezzosoprano griega Agnes Baltsa, que va a cantar Carmen a partir del día 8 en el Real y fue la favorita de Karajan en un papel que ha hecho ya 200 veces, sigue manteniendo la tensión: "No sé cómo estaré, pero espero que el público se olvide de todo durante tres horas".

Curtida en mil escenarios y papeles, desde las más ligeras óperas de Mozart o Rossini hasta las obras más dramáticas, de Fedora a Tannhäuser. Agnes Baltsa es algo así como la Carmen por antonomasia de estos tiempos. Bendecida por Karajan como una de las grandes mezzos del siglo, ella no quiere mirar al pasado. Prefiere mirar adelante y arriesgar todo lo posible, aunque sea con Carmen. "He tenido mucha suerte en mi carrera, he hecho este papel con los mejores, con Ponelle, con Karajan….. Pero si no miras adelante estás perdida. ¿Qué debería haber hecho después de cantar Carmen con la Filarmónica de Berlín? ¿Quedarme quieta en mi casa? No, hay que seguir buscando. Lo que da sentido a esto es el miedo a salir a escena, el respeto a la música y al público, la curiosidad infantil por saber si vas a estar bien o no... Lo que fue, fue. Y el riesgo de Carmen sigue siendo el mismo de la primera vez: encontrar mi placer, mi alegría en escena. Yo nunca tuve el sueño, sino el miedo de hacer ese papel". Baltsa cree que uno de los factores que más influyen en el éxito de las mezzos que interpretan a la cigarrera sevillana, una mujer que ella ve como un símbolo del orgullo y de la que cree que "acepta la muerte porque sabe que en ella está su libertad", es el compañero de reparto, el Don José. "Es importantísimo, el espejo que necesitas para mirarte e inspirarte.

Voces que no se olvidan

Después de haber tenido enfrente a cantantes como Plácido Domingo o José Carreras ("dos voces llenas de color que no se olvidan nunca"), en Madrid le toca el tenor estadounidense Neil Schicoff, al que define como "un cantante extraordinario y un actor de primerísima clase". Por cierto que hace poco Baltsa ha trabajado con el hombre de moda, José Cura, al que algunos consideran el heredero de los tres grandes.. . "Bueno", dice con su mejor sonrisa, "para que un cantante esté bien debe tener disciplina, y me parece que él no siempre la tiene". Siendo muy joven, ella dejó Grecia para buscar esa disciplina en Múnich. "Al ser mediterránea, no tenía sentido que me fuera a Italia. Y no me arrepiento en absoluto de mi decisión: allí conocí a Karajan, a Böhm...". Incluso hizo cine: "Fue una gran experiencia. El director de la película había sido el operador de Fassbinder, y a mí me encantaba Fassbinder. Pero todavía me pregunto por qué me eligieron a mí habiendo todas esas actrices fantásticas".

Ahora, Baltsa está encantada en el Real, "un teatro espléndido, con un equipo de profesionales estupendo", donde cantará los días 8, 12, 14, 16 y 20 de abril (en las otras cinco representaciones, Carmen será la argentina Alicia Nafé). Dice que le gusta García Navarro ("he trabajado con él en Japón y en Viena") y la dirección escénica de Emilio Sagi ("nos deja toda la libertad posible dentro de la arquitectura escénica que ha montado").

Lo que no parece gustarle tanto son los figurines que ha creado para el montaje Jesús del Pozo. "Me dicen que es un diseñador muy famoso en España. Y yo me considero una mujer moderna, que está lista para entrar en el año 2000. Pero una cosa es diseñar para un desfile o un cóctel, y otra hacerlo para el teatro. Salir al escenario es cómo hacer deporte. Y hay otro error fundamental: un traje debe marcar la situación, debe servir para una persona. Y él no me conocía... Pero sé que es muy amable, y que está dispuesto a cambiar cosas para ayudarme".

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