Alejandro Zaera construye un "muelle sin retorno" en Yokohama
"La utilización de la técnica genera la forma", dice el arquitecto
El estudio formado por los arquitectos Alejandro Zaera (Madrid, 1963) y Farshid Moussavi (Irán, 1965), con sede en Londres, ganó en 1995 el concurso de ideas para la terminal del puerto de Yokohama, al que se presentaron 660 profesionales. Los planos y maquetas del proyecto, con una superficie de 48.000 metros cuadrados y una inversión de 25.000 millones de pesetas, se exponen desde ayer en Madrid. La obra, que deberá estar construida en el 2002, cambió la vida de Zaera y Moussavi.
La sala del Ministerio de Fomento en la Arquería de los Nuevos Ministerios, de Madrid (paseo de la Castellana, 67), presentó ayer en el Espacio 2, dedicado a los jóvenes profesionales, el proyecto de la terminal internacional del puerto de Yokohama, realizado por la pareja de arquitectos Alejandro Zaera y Farshid Moussavi.La ciudad japonesa, promotora del proyecto, ha decidido, tras la crisis económica, acometer la propuesta ganadora en el concurso internacional. Zaera declaró ayer que la obra tiene que estar terminada en marzo del 2002, por lo que el proyecto de ejecución estará listo en los próximos meses para empezar la cimentación en diciembre.
El trabajo de Yokohama ha cambiado la vida profesional de Zaera, titulado en la escuela de Madrid, máster en la Universidad de Harvard -donde enseña Rafael Moneo- y tres años en el estudio de Rem Koolhaas en Rotterdam. En 1993 monta con su mujer, arquitecta, el estudio en Londres, al que llama Foreing Office Architects, "una especie de ironía sobre la extranjería como arma creativa potentísima". Han realizado proyectos de una sede episcopal en Seúl, una biblioteca en Osaka, un nudo multimodal en Corea y la reordenación del muelle de Santa Cruz de Tenerife, y acaban de construir restaurantes en Londres y Nueva York.
La idea de "muelle sin retorno", un espacio de flujo continuo, se desarrolla en el proyecto de Yokohama, explicado en la muestra con planos, maquetas y seis vídeos. "Es como una pieza de suelo urbano que después se habita", declara Zaera. "Es una terminal y una zona de ocio urbano, con auditorio, restaurante, museo y aparcamientos, donde la cubierta se utiliza como una plaza dentro de la bahía".
Zaera cree que "la utilización de la técnica genera las formas". En lugar de utilizar metáforas para explicar la obra prefiere la ambigüedad visual de las distintas lecturas formales. Se acerca a la idea de la ola, de un paisaje marino del japonés Hokusai, ya que la estructura es como "asfalto de la ciudad que empieza a plegarse, una topografía con diversos accidentes". Zaera se sacude la influencia de Koolhaas y afirma que cada vez le interesa más "la disciplina, la técnica pura y dura de la arquitectura".
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