El cielo, en radio y con 'malde altura'

Medio centenar de personas -astrónomos y altos responsables de política científica de países europeos- disfrutaron recientemente de la aventura de subir al llano de Chañantor, en el desierto chileno de Atacama. La precaución de llevar bombonas de oxígeno y una ambulancia en la caravana de vehículos no restó ni un ápice de interés a la excursión. Oxígeno y ambulancia porque Chañantor está a 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar y allí el oxígeno escasea en el aire, provocando a menudo mal de altura a quienes suben desde San Pedro de Atacama, a 40 kilómetros. Chañantor es un lugar único -por la altura y la estabilidad atmosférica- para la radioastronomía en longitudes de onda milimétrica y submilimétrica, la frontera entre el infrarrojo y el radio.Por ello, el Observatorio Europeo Austral (ESO) y el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO), de EEUU, han elegido Chañantor para montar allí una instalación excepcional, 64 radioantenas de 12 metros de diámetro que funcionarán sincronizadamente, instaladas en una superficie de 10.000 metros cuadrados.

ESO y NRAO han acordado hacer juntos este observatorio LSA/MMA, que empezará a funcionar en el 2005, sumando sus dos proyectos previos en la misma zona. Japón ha manifestado su intención de sumarse al mismo, y España (que no es miembro de ESO) se plantea entrar en el proyecto cuanto antes aunque no está claro por qué vía.

Estrellas, cometas, protoestrellas y galaxias a distancias cosmológicas serán objetivos del LSA/MMA. "Su resolución será especialmente compatible con las de los telescopios Hubble y VLT a diferente longitud de onda", explicó el radioastrónomo alemán Karl Menten.

Será difícil trabajar a tanta altura evitando esfuerzos y movimientos bruscos y con la cabeza algo aletargada. "Los equipos y las antenas se subirán ya montados a Chañantor. Las pocas personas que trabajen arriba llevarán trajes presurizados y oxígeno, igual que los edificios en que se alojen", explicaba Ricardo Giacconi, director de ESO.