"Hay listas de espera por venir a trabajar a los juzgados vascos"
José Juan Toharia (Madrid, 1942) está reconocido internacionalmente como uno de los mejores especialistas en investigaciones sociológicas. Doctor en Sociología por la Universidad de Yale (Estados Unidos) y en Derecho por la Complutense, es catedrático de la primera disciplina en la Autónoma de Madrid. Los estudios de opinión que ha dirigido reflejan que los españoles tienen mala opinión sobre la Justicia, asunto sobre el que disertó recientemente en San Sebastián. Pregunta. ¿Difiere la opinión que tiene de la Justicia la sociedad española de la vasca? Respuesta. No lo sabemos, porque no hay ninguna encuesta reciente que separe ambas opiniones. Mi impresión es que no difiere mucho. La Justicia en el País Vasco está siendo el punto de referencia mundial. La comunidad ha hecho un esfuerzo espectacular para dotarla de los medios necesarios. Esta sociedad tiene una deuda con los consejeros de justicia de los últimos años, especialmente con el ex viceconsejero Iñaki Sánchez, por la admirable labor que han desarrollado. Antes el modelo internacional era Quebec. Ahora es el País Vasco. Tiene unas instalaciones modélicas. En su funcionamiento diario no se nota esa diferencia, porque depende de las reformas procesales que no son de su competencia. P. ¿En qué se refleja ese buen estado de la Justicia en el País Vasco? R. Los profesionales de la Justicia no querían quedarse aquí. Las reformas emprendidas por el Gobierno vasco han conseguido que desde hace tres años no haya ninguna vacante. La gente que trabaja aquí está tan a gusto que en estos momentos hay listas de espera por venir. Es toda una revolución. P. ¿Hasta qué punto las declaraciones de los políticos inciden en la opinión de la sociedad sobre la Justicia? R. El problema de la justicia en España es que trabajan en condiciones tan complicadas y difíciles que dan pie a los políticos para descalificarla. Esto es admisible. Lo que no es prudente ni justo son las descalificaciones globales, genéricas y ambiguas. Los políticos son el grupo social peor valorado por la sociedad, no sólo en España, sino en todo el mundo. Por eso, lo que digan los políticos no suele causar mucho daño porque no gozan de un alto índice de credibilidad. P. ¿Qué sucede en una sociedad cuando un sector identifica acciones legales con ataques policiales? R. Es una falta de información jurídica. Estas reacciones responden a determinados intereses. La persona que se ve afectada por una orden judicial va a intentar presentarla como una persecución política o personal y descalificará al órgano del que emana esa orden. Eso es humanamente comprensible. Creo que socialmente tiene poco impacto. P. La imagen de la justicia entre los españoles es mala. ¿Tiene algo que ver la intromisión de la política u otros órganos de poder? R. Sí, pero esa imagen no es exclusiva de España. La justicia es una especie de fortaleza sitiada donde todo el que tiene un asunto con ella intenta buscar una forma de entrar. Lo que hace que la justicia sea menos independiente no es que haya intentos de condicionarla, sino que se deje condicionar. ¿Hay intentos de condicionar la justicia?. Claro que sí y continuamente. Y a esto se dedican los distintos grupos y sectores de influencia social. Hay jueces que a lo mejor son más sensibles a la crítica de algunos periódicos e intentan congraciarse con ellos. En general, la Justicia española es poco presionable. P. ¿Qué le parece que haya determinados jueces estrella? R. Los jueces estrella son víctimas. No son culpables. Habría que plantearse si el sistema que tenemos montado es el más adecuado para tratar que no suceda esto. Es decir, ¿qué justificación puede tener que un juez ejerza su cargo indefinidamente y no pueda tener un mandato por término? Eso es disparatado. Existe todo un engranaje que permite el fenómeno social del juez estrella. Con todo, esto sólo remite a dos o tres jueces de la Audiencia Nacional. Del resto no sabemos ni sus nombres.
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