El fiscal cree que el gal Miquel dependía de los jefes de Interior

El teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, afirmó ayer, durante el juicio que se sigue contra el gal Ismael Miquel por el asesinato, por error, del ciudadano francés Robert Caplanne en Biarritz (Francia), el 24 de diciembre de 1985, que el acusado era un elemento de una cadena y que dependía "de los responsables en aquel momento del Ministerio del Interior, a los que, lamentablemente", añadió, "no se ha podido identificar en este juicio".Santos, que pidió 33 años de cárcel para Miquel por asesinato, depósito de armas, asociación ilícita y falsificación al serle de aplicación el nuevo Código Penal, más favorable para el acusado, afirmó al inicio de su intervención que "este procedimiento se vuelve a cerrar en falso porque los verdaderos responsables, instigadores e inductores de este crimen no están sentados en el banquillo".

El fiscal relató cómo Miquel instó la formación de una célula de los GAL, pero añadió que "él mismo ocupaba una posición intermedia, y fue manipulado, inducido, para llevarlo a cabo".

Su condición de confidente de la policía, según Santos, "le colocó en una posición idónea para recibir los datos sobre el presunto etarra, las armas y el dinero con los que se cometió la acción".

Asimismo, insistió en que existen "serias y claras sospechas sobre la implicación de determinados miembros y responsables de Interior en el asesinato de Caplanne". También el abogado de la familia de Caplanne, Txema Montero, reiteró que el caso se cierra en falso y pidió 54 años de cárcel para Miquel.

Careo de Brescia

Paralelamente, se celebró en otra sala el juicio contra el llamado camionero de los GAL, Miguel Brescia, por los asesinatos de Catherine Brion y Christophe Machicotte, en febrero de 1986, en Bidarray (Francia).El fiscal también solicitó que se dedujese testimonio de la declaración del testigo Andrés Sánchez, periodista de la revista Interviú, en lo que se refería a las afirmaciones de Brescia de que varias personas, algunas de ellas policías españoles y franceses, en contacto con Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, tuvieron conocimiento del atentado.

Previamente, las acusaciones habían solicitado la investigación de nueve personas, entre las que se encontraba el propio Vera, condenado por el secuestro de Segundo Marey por los GAL.

Durante la sesión se celebró un careo entre Brescia y el periodista de Interviú. El primero dijo que no se le había grabado durante la conversación, mientras que el redactor de la revista afirmó que la voz que se oye en la cinta magnetofónica aportada por él correspondía a Brescia.