Miles de maestros franceses exigen la dimisión del ministro Allègre

Al grito de "Allègre, bufón, lárgate" y otros igualmente hostiles a la figura del ministro de Educación francés, Claude Allègre, miles de enseñantes franceses de Enseñanza Media, 17.000 según la Prefectura, 40.000 según los organizadores de la marcha, recorrieron ayer el centro de París en una demostración de rechazo al proyecto de reforma educativa.Dadas la expectativas creadas por la veintena de sindicatos convocantes, que cifraban su objetivo en los 100.000 manifestantes, -el número de enseñantes franceses en liceos y colegios públicos es de 362.000- puede decirse que la manifestación, que desembocó sin incidentes a la puertas de Matignon, sede del primer ministro, no consiguió su propósito de situar a la reforma educativa bajo el signo de la descalificación general.

Científico reconocido, Allègre irrumpió en el Ministerio como un elefante en un cacharrería. Sus críticas destempladas al absentismo del profesorado, las descalificaciones directas de todos aquellos responsables, a sus ojos, de la inercia y el inmovilismo, han suscitado una reacción de resentimiento y odio contra su persona que no tiene precedentes en la larga historia de movilizaciones de la enseñanza francesa.

En lugar de allanar los obstáculos, de desactivar las resistencias, el estilo frontal, nada persuasivo de Allègre ha provocado el efecto de agrupar a todos los descontentos del sector educativo, tanto de izquierda como de derecha, y, sobre todo, ha hecho que su reforma, sumamente audaz en su primera formulación, se haya convertido en la primera damnificada de su torpeza dialéctica.