Un crepúsculo para volar

Del vagón al cielo. Y en medio, una impactante imagen crepuscular de la ciudad. Una inmensa representación nocturna de Madrid presidirá el vestíbulo de la futura estación del aeropuerto, en la ampliación de la línea 8 del metro. El mural, concebido por Vicente Patón Jiménez, se impuso a otros 20 candidatos en el concurso de ideas que la Comunidad de Madrid promovió en busca de un motivo ornamental para la estación más internacional del suburbano. Patón se ha embolsado cinco millones de pesetas a cambio de su innovadora propuesta, un paréntesis de aliento artístico en medio de las imponentes columnas de hormigón revestido, las escalinatas de dureza metálica y los paneles de color chillón.Los concursos para la ejecución de motivos ornamentales son otra de las constantes en el metro made in Cortés, el consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes y padre de la ampliación. Luis Eduardo Cortés es de la opinión de que un medio tan popular y concurrido como el metro "es el mejor lugar de difusión para la obra de los artistas noveles o menos conocidos", ya sean pinturas, esculturas o murales.

Por eso promovió concursos en una docena de las nuevas estaciones, con éxito irregular: junto a hallazgos muy apreciables, como el mural interracial en la estación de Campo de las Naciones o el fresco multicolor de la estación de Francos Rodríguez (línea 7), otras convocatorias quedaron desiertas por la escasa calidad de los trabajos presentados.

No es el caso de Aeropuerto, la estación que, salvo adelantos, acercará la red metropolitana al aeródromo madrileño a la vuelta de las vacaciones veraniegas. El panel que ha concebido Patón Jiménez, titulado Cruce de miradas, es un plano del Madrid crepuscular iluminado por fibra óptica, que contrasta en su parte superior con la proyección del cielo diurno de la ciudad. Su plasmación en la realidad subterránea de la capital costará 24,7 millones.

El segundo premio, dotado con dos millones de pesetas, ha ido a manos de Del cielo a Madrid, un juego estético concebido por Luis Sardá y Carlos Alonso. La obra no deja de tener su gracia, puesto que aprovecha un lugar tan insospechado como el contorno de entrada al túnel, visto desde el andén. En ese espacio, nítidamente definido por la semicircunferencia del túnel, se encaja un mapa de la sierra de Madrid repleto de referencias naturales.

La solución de Sardá y Alonso no quedará sólo en el consuelo pecuniario. El jurado, presidido por Luis Eduardo Cortés e integrado por su gabinete de confianza para todo lo relativo al metro -con el presidente de la compañía de transporte, Manuel Melis, a la cabeza-, ha optado por rescatar la idea para la estación de Barajas Pueblo, la que definirá el final del trayecto en la línea 8.