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POLÉMICA POR LA ESTÉTICA URBANA

El Ayuntamiento creará una junta de expertos para decidir sobre las estatuas y monumentos

El 'comité de sabios' incluirá a políticos y sacará a concurso público los proyectos

Antonio Jiménez Barca

El gobierno municipal está decidido a poner coto al caos de monumentos y estatuas que reina en las calles de la capital. Para ello redactará una ordenanza por la que se creará una junta de expertos (con representación política) que determinará la ubicación y conveniencia del proyecto y, una vez dado el visto bueno, lo sacará a concurso. Así lo promete el concejal de Cultura, José Antonio Gómez-Angulo, quien reconoce que la actual falta de legislación da campo libre para que todo tipo de asociaciones, entidades, embajadas y grupos vecinales presionen y pugnen por implantar su estatua.

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Hace un par de años, Gómez-Angulo ya avistó la posibilidad de redactar este texto. Pero los técnicos le aconsejaron paciencia para que el municipio no quedara "prisionero de su propia ordenanza". "Pero dejar que los monumentos los decida en última instancia el alcalde es como invitar a las presiones, y a veces es difícil negarse a las de estados o de embajadas. No podemos dejar que nos encasqueten lo que no queremos", dice. Por ello, si el PP gana las próximas elecciones, se redactará la ordenanza a semejanza de las normas que rigen la actuación de la junta que decide qué obras de arte acepta el Ayuntamiento.Gómez-Angulo si pudiera eliminaría, por razones estéticas, "mañana mismo" el monumento al héroe filipino Rizal, situado en la avenida de Filipinas. El Estado filipino donó y el Ayuntamiento aceptó un grupo escultórico que para el edil, "con todos los respetos al Gobierno filipino", no debería haberse colocado nunca. "Para evitar esto sería la ordenanza", adelanta. Un grupo de expertos, además de representantes de todos los grupos políticos, discutirían la conveniencia o no de cualquier monumento, su posible ubicación y, en última instancia, su diseño. "El problema no es que vengan grupos de lo más diverso a pedir al alcalde un monumento; es que llegan con el diseño del monumento ya bajo del brazo, hecho por un artista salido de no se sabe dónde que a veces no queda otro remedio que aceptar".

Para el concejal de Cultura, la solución para evitar que proliferen por las calles monumentos no deseados y de escaso o nulo valor estético pasa por incluir en la ordenanza la obligatoriedad de un concurso. El edil considera que si se obliga a quien quiera poner una estatua a convocar un concurso (como se hizo en el caso del busto a don Juan en el Campo de las Naciones) y luego se deja al Ayuntamiento decidir cuál de las ofertas es la más acertada, el peligro de proliferación de estatuas feas desaparecerá.

A veces sucede que el monumento está bien hecho pero la ubicación es mala: la estatua de Velázquez del artista Francisco López, en la calle de Juan Bravo, iba a ser ubicada en un principio en la plaza de Ramales. "Y para ese sitio, donde reposan los restos del pintor, fue concebida; y además carecía de pedestal, para que reflejara a ras de tierra al artista pintando los atardeceres de Madrid. Pero alguien decidió equivocadamente en un periodo electoral llevarla a Juan Bravo, donde no pinta nada, y subirla a un pedestal ridículo, como así ha reconocido el mismo escultor", dice Gómez-Angulo. "Ahora bien, todo esto ocurrió antes de llegar Álvarez del Manzano", remacha.

Gómez-Angulo comenta que entre las decenas de ofrecimientos de monumentos y estatuas al alcalde destaca una para erigir en la capital de España "una estatua al marino". Al edil le parece muy bien que se lleve a cabo este homenaje, pero no que tenga que ser precisamente Madrid la encargada de proporcionarlo. "Estaría mejor en Cartagena, en San Fernando de Cádiz, en el Ferrol o en Guetaira, donde, por cierto, ya hay un monumento muy bonito a Elcano, pero Madrid, la verdad, no creo que sea la ciudad ideal para colocar una estatua al marino".

Otro de los monumentos que el edil de Cultura ha conseguido dar de lado (por ahora) es el previsto en homenaje a la Guardia Civil. El plano fue presentado en la junta municipal de Chamberí. Medía 15 metros de altura e incluía un arco enorme, un tricornio gigante y cuatro estatuas de agentes. "Eso no se va a poner. Si se considera que la Guardia Civil merece un monumento, en vez de aceptar lo primero que llegue se hará un concurso y se elegirá lo mejor", concluyó.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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