La gran apuesta de los señores del petróleo
Los productores de crudo intentan generalizar los recortes de producción para elevar los precios
La meta de la próxima reunión de Viena es recortar la producción mundial de crudo en dos millones de barriles diarios a partir del 1 de abril, que se deben sumar a los 2,6 millones ya acordados en los dos anteriores pactos de reducción de la producción mundial de crudo en marzo de 1998 y junio del mismo año.Dos de los países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (CCG), aliados de Arabia Saudí en esta empresa, dieron el puntapié inicial. Kuwait recortará su producción de crudo en torno a 140.000 barriles diarios, y Qatar, 47.000. Y durante la última semana también se adhirieron Irán, con 264.000 barriles diarios; México, 125.000; Venezuela, 125.000, y Noruega, 100.000. En total, 801.000 barriles.
Ayer mismo, Arabia Saudí y sus socios del Golfo -Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Omán y Bahrein- ratificaron en Abu Dhabi una reducción de casi un millón de barriles diarios.
Los saudíes recortarán 585.000 barriles diarios; los Emiratos, 157.000; Kuwait, 144.000; Qatar, 47.000, y Omán (que no forma parte de la OPEP), 65.000 barriles diarios. El mercado internacional del petróleo venía descontando este tercer recorte desde que el precio del barril se estancó en torno a 10 dólares durante todo enero y la primera mitad de febrero, porque ya desde la última cumbre de la OPEP, a finales de noviembre, se suponía que iban a anunciarse nuevos recortes antes del 23 de marzo. Así, el pasado jueves, el precio del barril brent en el mercado de Londres se situaba en torno a 13,65 dólares, lo que representa un aumento de casi tres dólares en lo que va de mes.
Pero ¿por qué el mercado empezó a descontar este nuevo recorte por estas fechas? Porque, en la última cumbre de la OPEP, Irán y otros miembros de la organización ya insistían en que se debían hacer nuevos recortes lo antes posible.
Cumplir a medias
En aquella reunión no fue posible, porque Arabia Saudí impuso la posición contraria, no en vano es el mayor productor de petróleo del mundo, con una producción de más de ocho millones de barriles diarios, y poseedor del 25% de las reservas mundiales de oro negro. En realidad, los saudíes no se negaban a una nueva reducción, sino a hacerla mientras otros productores no cumplieran las ya pactadas. En este juego de yo cumplo a medias porque el otro me robará mercado, los miembros de la OPEP, que se habían comprometido a producir en conjunto en torno a 25 millones de barriles al día desde el 1 de junio pasado, llegaron a finales de 1998 con una producción mensual media de 27,8 millones de barriles.
Los mercados, que tienen esta información semanalmente, dejaron de creer en la OPEP y su política de recortes. Además, los grandes exportadores no podían hacer nada más para lograr la subida de precios, porque el factor determinante de la caída de los mismos, la crisis económica asiática, no sólo era totalmente ajeno a su control, sino que además se expandía hacia el mundo entero. Surgió en Tailandia, contagió a todo el sureste asiático, derribó a Japón, se extendió a Rusia y se diseminó sobre América Latina, y en todos estos lugares aún permanece. Es decir, que el mercado llegó a la conclusión de que lo único que podían hacer los grandes exportadores de crudo, lo hicieron mal. ¿Por qué?
Un experto español puntualizaba la cantidad de intereses políticos que hay detrás del petróleo. Señalaba, por ejemplo, que el precio del barril de crudo por debajo de 15 dólares desde hace un año ha sido suficiente para retrasar, por lo menos por cinco años, los trabajos de prospección y explotación de dos zonas con grandes reservas petrolíferas probadas, los yacimientos del mar Caspio y los marítimos de Angola.
Ninguna de las grandes empresas petroleras del mundo, como las fusionadas Exxon y Mobil, Chevron, Shell, Elf o Total, que han perdido entre un 50% y un 90% de sus beneficios el año pasado por la caída del precio del crudo, invertirá en el desarrollo de esos yacimientos a medio plazo, ni siquiera en el caso de que el precio se recupere ahora. Sólo se dedicarán a explotar sus reservas más rentables. Estos retrasos, que pueden ser de hasta 10 y 15 años, comentaba el experto, convienen a muchos de los actuales grandes productores con inmensas reservas, como los miembros de la OPEP. El problema es que sólo algunos de los miembros del cartel pueden jugar mucho tiempo a este juego. Los seis miembros del CCG pueden más que Venezuela, Irán, México o Libia, pero al final todos pierden. El crecimiento económico de México se reducirá del 4,8% en 1998 al 2,6% este año; el de Libia, que fue de 1,8% negativo, será del 3% negativo este año, y el de Irán, también negativo, un 2,3% el año pasado y un 2,6% este año. El crecimiento económico de kuwaitíes y saudíes también se ha contraído fuertemente, pero las grandes reservas presupuestarias que estos países han conseguido en los últimos años, a 18 dólares el barril, los hacen menos vulnerables.
Un mercado incrédulo
También los afecta menos la caída del precio, porque el crudo que los países del golfo Pérsico extraen es más fácil de explotar y de mejor calidad que el venezolano o el iraní. Mientras que para todos el precio de referencia brent del mercado de Londres o West Texas de Nueva York es uno solo, el margen de ganancia es bastante diferente. A los saudíes les cuesta extraer tres dólares el barril y lo venden en torno a 12 dólares, mientras que a los venezolanos o iraníes les cuesta 4,5 dólares y lo venden a seis dólares.[Por esta razón, entre otras, muchos analistas anticiparon que Arabia Saudí correría con un cuarto del total previsto para el tercer recorte, que será oficializado el martes. Pero además de que el recorte se produzca, señalan los expertos, es crucial hoy, más que nunca, que el mercado se lo crea. El recorte anunciado esta vez es el que los analistas suponen que debe hacerse.
Más de cuatro millones de barriles diarios sobran hoy en el mercado y entre los tres recortes se deberían dejar de producir al menos 4,6 millones a partir de abril, y a ello es a lo que la OPEP y los exportadores independientes se encomiendan para conseguir la subida del precio.
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