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ANTONIO BIRABENT

"En la música puedo expresar mi verdad íntima, más que como actor"

Antonio Birabent acaba de publicar su primer disco en España, Azar, el cuarto de una carrera que lo ha hecho conocido como músico en Argentina, además de su trabajo como actor de cine y televisión. Pero Azar nace como una experiencia distinta por su carácter cálidamente intimista, en el que la electrónica se convierte en sutil vibración sensual.Azar es un disco casero, hecho en el salón de su casa. "Fue un capricho estético y un capricho emocional", dice Birabent. "Es un disco grabado con los sonidos de la nevera, del teléfono o del contestador. Está lleno de pequeños secretos íntimos, pero no porque lo buscásemos, es porque así salió. Este disco, grabado en un estudio no hubiera salido así. Es una experiencia de los sentidos, es un disco que encierra mucho erotismo". Sus anteriores álbumes estaban emparentados con el rock argentino más clásico. "En el anterior ya había pistas de lo que iba a venir, pero los primeros eran menos personales". Azar incluye en su edición española dos temas nuevos: Waiting for the man, de Lou Reed, y una remezcla de Madrid, de Big Toxic. Incluye también una versión de Nocturno de Princesa, un tema compuesto por Moris, su padre y figura emblemática del rock argentino, que vivió en Madrid en la época de la movida.

Viaje nostálgico

Birabent vivió aquí con su familia durante 12 años y ha dado a la legendaria canción ambientada en el Madrid nocturno de la época una calidad más actual, más etérea y envolvente. "Estar en Madrid es para mí una carambola emocional", afirma. "Siento que estoy inmerso en un viaje nostálgico y ahí me sale una parte tanguera en el espíritu, aunque no en el ritmo de lo que canto. Es como nacer otra vez aquí".

Birabent, de 29 años, empezó su carrera como actor bajo las órdenes de Marcelo Piñeyro en Tango feroz, una película en donde, además, él canta un tema, con lo que su doble carrera queda afirmada. "Soy una especie de degenerado", dice Birabent, "no me defino en un solo género de expresión. Me interesa tanto el trabajo de actor como el de músico. Aunque como músico logro dar forma a cosas mucho más íntimas, más mías, es mi verdad. Ser actor e interpretar un papel es algo que depende de otros, de un equipo, y puedes ser más irresponsable. Ser actor es mucho más relajado". También ha trabajado en Pequeños milagros, de Eliseo Subiela, y ahora espera el estreno de su primer filme español, Lisboa, de Antonio Hernández, donde hace de hijo de Carmen Maura y Federico Luppi.

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