Ruido en Barajas
La idea que el ministro de Fomento tiene del bienestar de sus administrados es heredera de la que de la libertad de expresión tenía su padre, ministro de Información y Turismo de Franco: en contra. Desde que este ministro-desastre se hizo cargo de la cartera de Fomento, Barajas es un caos vergonzoso, y los pueblos cercanos, incluida la Universidad Autónoma de Madrid, están sometidos a índices de ruido insoportables. Pero hay más: gracias a la tercera pista del aeropuerto, los aviones que despegan de Madrid hacia el norte (varios, muchos, por hora) dejan un rastro de estrépito a su paso por zonas tan alejadas como el macizo de Ayllón, antes lugar apacible y silencioso entre Guadalajara y Segovia. El mismo personaje quiere perpetrar una cuarta pista en parecido lugar.Preguntas: ¿es inevitable que los aviones sigan molestando con su ruido a más de 100 kilómetros de Madrid? ¿No pueden alcanzar antes la altura de crucero? ¿Por qué tienen que cargar con los inconvenientes siempre los mismos? En lugar de la cuarta pista, ¿no debería hacer otro aeropuerto y distribuir así más equitativamente los perjuicios?
Por lo demás, el norte de Madrid, realmente, es la carretera de Burgos, ¿no? ¿O se trata de no incomodar a los que habitan en zonas residenciales?-
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