El Parlamento asegura que forzaría dimisiones en casos similares
El Parlamento Europeo es quien ha realizado el acoso y derribo a la Comisión Santer. Su presidente, José María Gil-Robles, aseguró ayer que si a alguno de los miembros de la Mesa del Parlamento se le descubireran responsabilidades en casos de irregularidades, favoritismo o nepotismo como los que ha encontrado el Grupo de Sabios, lo adecuado sería que se aplicase el mismo cuento que la Comisión: dimitir."En el nuevo reglamento
[que entrará en vigor al mismo tiempo que el Tratado de Amsterdam], se ha introducido la posibilidad de que, por mayoría reforzada, se pueda remover a alguien de su puesto", precisó el presidente de la Cámara. Y aplaudió esta vía al asegurar que se trata de "un camino si se detectase un caso de favoritismo, corrupción, nepotismo o mala gestión. Hasta ahora no se ha planteado, y para eso está ese precepto reglamentario nuevo", concluyó.
Hasta ahora, en el hemiciclo se vienen utilizando dos varas de medir. Mientras un amplio sector trató en el plenario del pasado enero de descalificar a dos comisarios individualizados y se les pidió la dimisión, Gil-Robles no dio cuenta de que en los casos de corrupción flagrante localizados en su casa se haya aplicado la misma receta. En los pocos casos registrado, los diputados corruptos "han devuelto el dinero correspondiente, pero no podemos obligarles a dimitir". Algo completamente lógico, puesto que responden a mandatos populares, y responden ante su electorado. Pero una cosa es obligar y otra puede ser presionar.
El titular del Parlamento negó que en él florezca la corrupción, circunscribiendo a "dos o tres casos donde se decía que había abusos generalizados". En realidad, son bastantes los diputados que colocan a familiares como asistentes; que trafican o han traficado con las dietas y billetes para sus desplazamientos; y que han practicado el absentismo. Al vicepresidente Antoni Gutiérrez Díaz se le conoce como "el solitario de los viernes", puesto que se queda prácticamente sólo ese día de la semana cuando le toca presidir las sesiones. También hay muchos otros diputados trabajadores y eficaces.
Por otra parte, medios políticos subrayaron ayer la sorpresa por el cambio de actitud del Parlamento en relación con la elección de la próxima Comisión Europea. Hasta ahora siempre se había mostrado partidaria de que fuese elegida después de la entrada en vigor del Tratado de Amsterdam -que aumenta sus poderes de intervención en el proceso-, pero ayer planteó la exigencia de hacerlo inmediatamente, según el procedimiento del Tratado de Maastricht.
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