"Todavía no me explico el éxito de 'Grease"
Jim Jacobs no se explica aún el fenómeno Grease, el musical juvenil más representado de toda la historia. Tres décadas después de que creara la letra y la música junto a Warren Casey (fallecido hace 10 años), este musical ha batido todos los récords de permanencia en los teatros. Jim Jacobs visita por primera vez España para asistir esta noche en el teatro Lope de Vega de Madrid al estreno de la versión de Grease que ha realizado Nacho Artime y que ha producido Luis Ramírez."El burro es perezoso y el gato bebe leche", son las primeras y únicas palabras que Jacobs lanza en un correcto español, al que ha podido acceder en un pequeño libro titulado Aprenda español en 15 días. Únicamente repite algunas palabras en español cuando se le dice que, por culpa de Grease, que le proporciona suculentos dividendos desde hace años, tiene muy abandonada su carrera de actor teatral y dramaturgo: "Me siento perezoso como dos burros", y continúa en inglés: "Ha llegado un momento en que sólo muestro interés por mi casa y mi jardín".
Jacobs vive en Palos Verdes, a las afueras de Los Ángeles, donde afirma que está "gozosamente" aislado del mundo: lo único importante que ha pasado allí en mucho tiempo es que hay alguien escribiendo una historia sobre Monica Lewinsky.
Casi inmediatamente, se sumerge en una reflexión que le hace cambiar su mirada afable y su rostro casi permanentemente risueño: "Cuando veo a los que empezaron conmigo y compruebo que no tienen casi para comer pienso que es terrorífico, pues igual me hubiera pasado a mí".
La historia de Grease tiene algo de cuento de hadas. Jacobs y Casey se conocieron de jóvenes, cuando colaboraban en un grupo de teatro local de Chicago. Por azar y por divertirse, en 1971 escribieron juntos las letras y la música de un espectáculo en el que contaban aventuras que ellos mismos habían vivido en la década de los cincuenta, cuando los tupés engominados estaban de moda. "Era una obrita de teatro con algunas canciones sueltas. El espectáculo lo vio Kenneth Waissman, afamado productor de Broadway, que nos propuso reescribirlo para estrenarlo por todo lo alto en Nueva York. Lo estrenamos, el Día de San Valentín de 1972, y la crítica nos dio un gran varapalo, hasta el punto de que el temido crítico del New York Times cuando vio el espectáculo dijo que la única cosa buena que recordaba de 1959 es que era una buena añada de Burdeos & Hellip; pero aguantamos dos semanas y con el boca a boca terminó pasando algo tan extraordinario que aún hoy, que sigue representándose en todo el mundo, no me lo explico". Jacobs sólo sabe que, 30 años después, los críos y adolescentes se saben las canciones de su espectáculo, muchas de las cuales las aprenden en campamentos.
Desenfado
"La única razón que encuentro que pudiera explicar ese éxito es que es una historia de verdad; escribimos lo que habíamos vivido en el instituto, cuando trabajábamos conocíamos a la perfección la historia, no teníamos las respuestas de cada uno de los personajes, pero sí la situación, todo era muy desenfadado, lleno de gente que se comporta tal cual, sin pretensiones de nada", continúa Jacobs, para quien Grease también engancha con el público por su música y por su estética, que ha permanecido como símbolo de una época determinada.
El espectáculo dejó a Jacobs sumido en una cierta crisis de creación. "Ha sido un fenómeno tan grande que uno se pregunta qué puede hacer después de esto", dice este escritor y actor que ha trabajado ocasionalmente para cine, teatro, grabaciones y publicidad, logrando algún que otro premio. Grease ha sido un talismán no sólo para Jacobs, ya que de diferentes montajes de este musical han surgido actores que eran desconocidos hasta interpretar un papel en este espectáculo, como Richard Gere o John Travolta. También han formado parte de este musical profesionales como Glenn Close, Jon Secada, Brooke Shields o Michelle Pfeiffer.
Babelia
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