LA NUEVA ETAPA DE EITB Manifiesto por una televisión vasca de servicio públicoD. BARBERO, BERNARDO ATXAGA, ANDONI EGAÑA, C. GARITAONAINDÍA
Una de las tareas que, en breve, va a realizar el Parlamento vasco es la elección del director general de Euskal Irrati Telebista (EITB). Será la primera vez que se aplique el procedimiento de la Ley 4/1996. Ya no será nombrado por el Gobierno, sino por el Parlamento con el voto favorable de, al menos, la mitad más uno de los parlamentarios. Quienes firmamos este manifiesto -trabajadores de EITB y personas vinculadas a la investigación de la comunicación y a la cultura- creemos que el cambio del sistema de elección debe aprovecharse para abrir una nueva etapa, en especial en ETB, conforme a los fines y funciones para los que fue creado el ente. EITB nació en 1982 (...) como "instrumento capital para la información y participación política de los ciudadanos vascos, así como medio fundamental de cooperación con nuestro propio sistema educativo y de fomento y difusión de la cultura vasca, teniendo muy presente el fomento y desarrollo del euskera" (...) El artículo 2 del ente obliga a las instituciones vascas a "velar por la defensa de la libertad de expresión, el derecho a comunicar y recibir libremente información (...)" El artículo 3 fija los principios de actuación para EITB: a) "La objetividad, veracidad e imparcialidad de las informaciones. (...) c) El respeto al principio de igualdad, al pluralismo político, religioso, social, cultural y lingüístico. d) La defensa y promoción de los valores cívicos de la convivencia (...), en defensa del interés general. e) El respeto a cuantos derechos reconoce la Constitución y el Estatuto de Autonomía. g) La protección y promoción de la juventud y de la infancia. h) La promoción de la cultura y lengua vascas" (...) ¿Se han cumplido? Ciertamente en los últimos años ETB se ha profesionalizado, ha logrado importantes cotas de audiencia que vienen a indicar que hay un espacio importante para la televisión propia, ha fomentado una industria audiovisual y ha logrado emitir para casi toda Euskal Herria y, con el satélite, para territorios alejados. Es más, las críticas contenidas en este texto se realizan desde la defensa de EITB y desde el reconocimiento de una labor en el plano informativo y cultural, más positiva que otras cadenas, aunque ello no debiera servir de consuelo. A nuestro juicio, algunos de los vicios de nuestra televisión pública son: los contenidos propagandísticos de la información, muchas veces confundida con la opinión institucional y subordinada históricamente al partido mayoritario; la oferta de telebasura y sensacionalismo; los excesos publicitarios incumpliendo la normativa de Televisión sin Fronteras; la estructura de la programación de ETB-2 casi igual a la de una televisión comercial; el reduccionismo a unos parámetros culturales rurales y populistas de los programas de ETB-1; la casi ausencia de cine en euskara; algunas series de dibujos animados de dudosa pertinencia; la chabacanería en las retransmisiones de festejos juveniles; la reproducción del cotilleo ya sobreabundantemente emitido en otras cadenas... ETB 1 debe cambiar su actual estatus. De ser el origen de la televisión pública ha pasado a ser el hermano pobre, el canal de relleno, si se exceptúan algunas series propias y las retransmisiones deportivas, programadas ahí para, entre otras cosas, elevar artificialmente los índices de audiencia. Es un canal complementario, mudo muchas veces, con una repetición asombrosa de programas enlatados y espectáculos folclóricos en directo, con una discutible visión de la realidad euskaldún del país y con un rol supeditado al otro canal, que es el que estaría destinado a captar audiencias. ETB se ha caracterizado por el desaprovechamiento de sus recursos materiales y humanos y por una gestión impositiva en las relaciones con la industria audiovisual. (...) Desde una mentalidad tecnocrática, se han confundido elevación de audiencia y de ingresos publicitarios con legitimación social y eficacia en la gestión, cuando la legitimidad de un servicio público reside, en primer lugar en la calidad e identidad de su programación y, sólo en segundo lugar, en los niveles de audiencia. La búsqueda de financiación publicitaria, a pesar de su importancia, no es un argumento para justificar el deterioro de los dos canales de ETB, máxime cuando más del 80% del presupuesto es público (...) Marco para una televisión pública En la sociedad actual, con una oferta televisiva cada vez más amplia, variada y especializada, ETB sólo tiene sentido si recupera el concepto de servicio público y lo ejerce de modo adaptado a los tiempos. A nuestro juicio, hoy y aquí, los criterios de gestión, de programación y de contenidos de la televisión pública deberían ser: - La programación tendría que combinar el entretenimiento de calidad con misiones de carácter informativo, divulgativo y cultural. Esos criterios deben prevalecer sobre el criterio de audiencia, ofreciendo así una alternativa digna a las programaciones del todo vale. No se trata de ir a un servicio público culturalista y minoritario sino de hacer una televisión pública generalista con identidad (...) - Los contenidos de los informativos diarios y no diarios, además de cubrir los acontecimientos internos y externos bajo los criterios de máxima objetividad posible y profesionalidad, deben ser el espejo de la vida diaria de la sociedad vasca tal como es: una sociedad moderna, plural, bilingüe y en la que conviven ricos, clases medias y trabajadoras, parados y núcleos de pobreza. Los informativos deben asegurar también el acceso y el derecho de informar de los grupos sociales menos favorecidos (artículo 21 de la ley del ente). - La programación en general, debe promover pautas de conducta democráticas, tolerantes y respetuosas con los demás, fomentando los valores de una ciudadanía participativa en la vida pública y que forman el sustrato de una sociedad plural, más justa, libre, activa (...) - La programación infantil ha de ser entretenida, no violenta y promotora del desarrollo de la personalidad y de las conductas saludables; la programación juvenil, además de moderna, debe intentar conectar con el público joven y urbano, prestigiando la cultura y promoviendo actitudes libres, pacíficas, críticas y tolerantes. - En el actual momento que está viviendo Euskal Herria, EITB debe cooperar a un clima social que aliente el proceso de paz y las dinámicas de distensión, de encuentro político y de cambio. Debe ser un agente que, sin dirigismos ni alentando la crispación, potencie la exposición de proyectos coexistentes de país, anime el debate democrático y cumpla su función de reflejar situaciones y conflictos, consensos y disensos. Esta tarea ya ha empezado a apreciarse. - Para promocionar el euskera, ETB-1 debe tener una calidad y un prestigio que lo hagan atractivo. Su programación debe ser generalista e integradora, aunque con especial atención al público infantil y juvenil. ETB-1 debe reflejar preferentemente, aunque no exclusivamente, la propia dinámica cultural euskaldun. ETB-2, sin perjuicio de su identidad propia, no debe tener proscrito el euskera. Una llamada al Parlamento En esta legislatura el Parlamento vasco tiene en relación al ente dos tareas centrales: elegir su máximo responsable y vigilar el cumplimiento de los fines de la ley de forma eficaz para el actual período (...) En lo inmediato, y para la elección de quien va a dirigir el ente y presidir su Consejo de Administración, la elección debería recaer sobre una persona independiente, no vinculada directamente a un partido, con una trayectoria profesional adecuada, una capacidad demostrada de gestión y dirección en equipo y un compromiso firme de no supeditación a intereses de ningún grupo político. Asimismo, dado el carácter bilingüe de EITB, debe ser euskaldún. Junto con su equipo profesional, deberá asegurar que EITB sea un servicio público estimado socialmente, útil culturalmente y promotor de valores propios de una sociedad democrática en proceso de desarrollo y cambio. Para empezar, sería suficiente que aplicara la propia ley de creación de EITB y los principios que la inspiran.
Firman este manifiesto extractado David Barbero, Hasier Etxeberria y Xabier Zaldua, redactores de ETB; Alberto Arizkorreta, Santi Etxeberria e Iñaki Agirre, realizadores; Iñaki Beobide, productor; Bernardo Atxaga, escritor; Andolín Eguzkitza, presidente de laAsociación de Escritores Vascos;Andoni Egaña, bertsolari; Carmelo Garitaonandía, Petxo Idoiaga y Ramón Zallo, profesores de la Facultad de Ciencias de la Información de la UPV; Mariano Ferrer y Luis Mendizabal, periodistas.
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