Sobre la situación chilena

Me refiero al artículo publicado en ese periódico el pasado 21 de febrero del señor Ernesto Ekaizer relativo a la llamada mediación del Vaticano en favor del retorno a Chile del ex presidente de de ese país señor Augusto Pinochet. Es lamentable comprobar en buena parte del tratamiento de la situación chilena un análisis simplista y parcial, incurriéndose permanentemente en descalificaciones e inexactitudes y en la distorsión de los hechos, rehuyéndose la discusión seria de una situación que está afectando muy negativamente el proceso de reconciliación que con gran esfuerzo y éxito hemos logrado llevar adelante en democracia los chilenos durante la última década. El autor del artículo ha debido saber, o ha podido fácilmente verificar, que es absolutamente falso el que el suscrito sea miembro del Opus Dei. Asimismo, no he tenido la calidad de asesor o relación alguna con el Gobierno del ex presidente Pinochet o con su persona hasta su detención en Londres. Puede que resulte difícil para algunos entender y aceptar que los chilenos tenemos opiniones muy disímiles y antagónicas sobre las causas, responsabilidades y verdadero alcance de la confrontación que afectó a la sociedad chilena en la década de los setenta y que estamos ciertos que nada positivo se derivará para nuestro país de ser arrastrado a un proceso de confrontación y recriminación sobre nuestro pasado, como ciertamente ocurrirá con la extradición del ex presidente Pinochet a España. Chile optó democrática y soberanamente por un proceso de reconciliación que comprende el perdón de los abusos en que incurrieron ambos bandos en el conflicto entre 1973 y 1978, la aplicación plena de la ley respecto de los hechos ocurridos a partir de dicho año y un proceso de reencuentro entre los chilenos basado en la superación de las divisiones del pasado. La justicia chilena ha investigado y sancionado los abusos cometidos, condenando a más de 35 miembros de las Fuerzas Armadas involucrados en actos criminales, incluyendo a quienes fueran director y subdirector de la DINA. Por su parte, como parte del proceso de reconciliación, muchos condenados por actos terroristas, incluidos quienes atentaron contra el entonces presidente Pinochet y asesinaron a cinco de sus escoltas, han sido indultados. Así como España acordó soberanamente la forma de superar las divisiones derivadas de su guerra civil y posterior gobierno, sin intervención foránea, Chile tiene el derecho de que se respeten su Gobierno e instituciones democráticas y que nadie entorpezca su proceso de reconciliación. Eso es lo que ha pedido el Gobierno de Chile y estamos planteando quienes participamos en el Movimiento Chileno por la Reconciliación. Eso, también, es lo que ha solicitado SS Juan Pablo II para Chile, con la misma autoridad moral con que ha apoyado los procesos de reconciliación en otros países, el cese del embargo económico a Cuba y muchas otras iniciativas en beneficio de la paz mundial.-