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El Ejército yugoslavo refuerza la frontera de Kosovo con Macedonia

Los movimientos de tropas del Ejército yugoslavo en la zona de Kosovo fronteriza con Macedonia parecen orientados a mostrar la voluntad de defender el territorio nacional frente a una posible intervención de la OTAN, que partiría desde el vecino país del sur. Al mismo tiempo, los más altos mandos militares serbios reafirman en Kosovo la voluntad de defenderse "a cualquier precio" y de "no permitir la entrada de tropas extranjeras".

Cuando sólo faltan 10 días para la reanudación de la conferencia de Rambouillet, que trata de lograr un acuerdo de paz para Kosovo garantizado con la presencia de tropas de tierra de la OTAN, el Ejército yugoslavo incrementa su actividad con maniobras militares. La presencia sin tapujos de sus fuerzas pone de manifiesto un claro intento de mostrar musculatura: tanto hacia la guerrilla independentista albanesa del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), como ante un potencial invasor extranjero.El pasado sábado, cuando se desplazaba desde Belgrado a Pristina, el enviado de este periódico contó hasta 70 vehículos militares que circulaban por la autopista hacia el sur, en dirección a Kosovo. Más de la mitad de ellos remolcaban una pieza de artillería. En un restaurante de Prokuplje, un pueblo serbio en el límite con Kosovo, el propietario relataba que su hermano había sido llamado a filas.

Expertos militares, que trabajan para la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), han constatado también que muchos soldados yugoslavos lucen uniformes poco usados. Esto indica que se trata de efectivos reclutados hace poco.

En la zona fronteriza con Macedonia, los carros de combate toman posiciones sin esconderse. La carretera mostraba huellas de barro y el firme aparecía dañado por las cadenas de los blindados. En un puente, los soldados ocupaban una posición al lado de una ametralladora de grueso calibre con dos cañones. Los expertos suponen que los puentes de la carretera que va hacia Macedonia ya han sido minados para ser volados en caso necesario.

El recién nombrado jefe del Ejército yugoslavo, el general Dragoljub Ojdanic, ha visitado en los últimos días Kosovo para lanzar a sus tropas consignas que se pueden resumir en el clásico ¡No pasarán! "No podemos permitir la presencia de tropas extranjeras en nuestro territorio porque su llegada supondría la ocupación de este país", dijo. Durante su visita de inspección en Urosevac, al sur de Pristina, Ojdanic insistió en sus proclamas: "Kosovo es nuestro, siempre fue un territorio serbio y así seguirá. Kosovo vive en los corazones y sentimientos de todos nosotros y de todos nuestros ciudadanos".

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Proclamas castrenses

El comandante del Tercer Cuerpo del Ejército, el general Nebojsa Pavkovic, declaró en Pristina a los periodistas: "El Ejército yugoslavo defenderá Kosovo a cualquier precio". Por si quedaba alguna duda, añadió: "El mensaje de nuestro comandante máximo, el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, expresa al mundo entero, y en especial a nuestro pueblo, que Kosovo tiene que defenderse a cualquier precio. Esta es la orden más importante para nosotros y con seguridad la cumpliremos, aunque tengamos que sacrificar nuestras vidas".Estas palabras, llenas de encendido patriotismo de los militares, contrastan con el discurso nacionalista de los líderes del ELK, que consideran las conversaciones de Rambouillet como "el primera paso hacia la independencia". Pero las arengas castrenses chocan con la dura realidad que padecen los ciudadanos serbios de Kosovo, cada día más angustiados por su futuro y acosados por las provocaciones de la guerrilla del ELK. Momcilo Trajkovic, presidente del Movimiento Serbio de Resistencia de Kosovo, denuncia, en declaraciones a un periódico de Belgrado, que los serbios abandonan a centenares Kosovo y que, sólo en Pristina, se encuentran ahora en venta 2.000 viviendas propiedad de serbios.

No tiene nada de extraño que la minoría serbia de Kosovo trate de abandonar esa provincia, a pesar de las declaraciones patrióticas de los dirigentes políticos y de los mandos militares. Cada día, como un goteo incesante, al lado de los muertos y desplazados kosovares, sin duda en mayor número, se informa también de muertes de serbios, algunos de ellos civiles. Días atrás, la OSCE se hizo cargo de dos serbios que el ELK secuestró mientras cortaban leña en el bosque.

El Centro de Información Serbio daba ayer cuenta en Pristina de que un policía había resultado muerto la tarde del miércoles en una emboscada en un cruce de carreteras cerca de Podujevo, al norte de la capital. Además, casi a la misma hora, cerca de Vucitrn, también al norte de Pristina, los hermanos Ljubisa Mitrovic, de 42 años, y Radivoje, de 49, murieron acribillados a balazos.

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