Humberto Rivas irrumpe en cinco ciudades con el impulso de su cámara

El fotógrafo Humberto Rivas (Buenos Aires, 1937) inauguró ayer, en el Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC) de Santiago de Compostela, una exposición de paisajes de los alrededores de esta ciudad, así como de Buenos Aires, Barcelona, Lisboa y Coímbra, vacíos todos de gente, "pero con la presencia de la ausencia humana", según señala el propio autor. ¿Qué tienen de común las ciudades elegidas para la muestra? "Son lugares similares de ciudades diversas, con el único nexo de mi impulso al fotografiarlas; esto es lo único que tienen de común", explica.

Humberto Rivas presentó su primera exposición en 1959, en Buenos Aires. En 1979 fijó su residencia en Barcelona. La exposición del CGAC consta de 56 fotografías realizadas en 20 años de creatividad, desde esa fecha en que se queda a vivir en España hasta sus imágenes de la ciudad compostelana, de la que ofrece siete fotografías realizadas específicamente para la ocasión y otras dos de distintos lugares de Galicia."Mis fotos no son definiciones de la identidad urbana, sino de lugares que de alguna manera me conmueven, y por eso los fotografío en el ambiente y circunstancias que me motivan a hacerlo", dice Rivas, que en 1997 fue galardonado con el Premio Nacional de Fotografía y cuya obra ha sido expuesta en múltiples museos y galerías de Europa y América. Esta muestra de Santiago permanecerá abierta hasta el 5 de mayo.

La poética del discurso creativo de Humberto Rivas pasa por reflejar de forma contundente la expresión de la realidad de los distintos paisajes o figuras que atrapa con su objetivo. No hay que confundirlo, sin embargo, por analogía con otras expresiones artísticas, con fotografía social. "No es mi búsqueda, aunque tampoco lo eludo. Tiene que ver más bien con cómo soy yo".

Instinto de partida

El fotógrafo argentino plantea inicialmente una aproximación intuitiva y primaria a su trabajo. "Yo me dejo llevar y luego otros, según me dicen, ven en los resultados el reflejo del paso del tiempo y otros efectos, pero tampoco es deliberado por mi parte. Yo, sencillamente, me dejo llevar por el instinto, que es el punto de partida en todo arte".En función de ello, este veterano fotógrafo argentino elige las técnicas y circunstancias más apropiadas para sus objetivos. Huyendo, "aunque lo respeto", del momento decisivo, ése en que el fotógrafo es capaz de ver la instantánea, aislándola de la acción, pero manteniendo su energía. Humberto Rivas pasea, observa el terreno, reconoce el ambiente, se familiariza con él dejándolo crecer en su percepción y, sólo después de ese proceso, decide el momento decisivo, que para él puede prolongarse casi indefinidamente.

"Tengo fotos con más de una hora de exposición", dice. La luz, evidentemente, desempeña el papel más determinante. O, más bien, las sombras. "Mis resultados no son luminosos, sino del clima personal que busco, y recurro a las sombras porque en ellas se notan más las ausencias".

En su opinión, un fotógrafo debe dominar la técnica, "toda la que pueda o necesite, pero sólo como instrumento". No duda de que la fotografía pueda ser una disciplina artística en igualdad con las otras, por sus condiciones para crear imágenes, y para soslayar mayores explicaciones toma prestada una anécdota de Picasso, cuando le pidieron que explicara uno de sus cuadros. "Si lo hago", respondió, "podrá entender la explicación, sí, pero no entenderá el cuadro".