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El vacío legal obliga a las universidades a crear sus normas sobre experimentación con animales [HH] La falta de una ley impide a los investigadores, en ocasiones, publicar su trabajo en Europa

Las universidades andaluzas con servicio de animalario -centros de cría de animales destinados a experimentos científicos- están preparando su propia normativa acerca de las condiciones en que han de realizarse los trabajos de investigación en los que intervienen animales. La iniciativa surge a raíz del vacío legislativo existente en Andalucía al respecto. Los investigadores andaluces se encuentran con el problema de no contar con los controles y certificados requeridos por los organismos europeos, lo que, en alguna ocasión, ha supuesto trabas para publicar los resultados de sus experimentos en Europa o para acreditar sus investigaciones fuera del territorio nacional. En 1986, la Comunidad Económica Europea publicó una directiva en la que se recogían una serie de recomendaciones que habrían de adoptarse a la hora de experimentar con animales. Dos años más tarde, en 1988, el Ministerio de Agricultura y Pesca aprobó el Real Decreto 223/1988 en el que asumía las propuestas europeas. La norma española delegaba en las comunidades autónomas las competencias para regular la materia, aunque daba unas pautas. 11 años más tarde, la Junta de Andalucía aún no ha redactado su propia normativa. Una comisión interdepartamental en la que participan Educación, Agricultura, Salud, Medioambiente y Gobernación, pretende desde hace años, sin éxito, llegar a un acuerdo. El artículo 1 del Real Decreto establece el motivo del mismo: "Asegurar la protección de los animales utilizados en experimentación y otros fines científicos; que a dichos animales se les concedan los cuidados adecuados; que no se les cause innecesariamente dolor, sufrimiento, estrés o lesión prolongados; que se evite toda duplicación inútil de experimentos y que el número de animales utilizados se reduzca al mínimo". Para vigilar el cumplimiento de la norma se prevé en el artículo 14 la existencia de un organismo, una especie de comité ético, que autorice los experimentos. Dicha institución sería informada antes de empezar la investigación de qué se persigue con la misma y cuáles son los métodos y animales utilizados. A la luz de estos datos, la autoridad competente dará el visto bueno o reencauzará los aspectos que no se ajusten a la normativa vigente. La falta de este comité, que ha de expedir el certificado de idoneidad de los distintos experimentos, está causando problemas a los investigadores andaluces que no cuentan con la documentación acreditativa de que sus trabajos se han realizado de acuerdo con la legislación europea. La Universidad de Granada fue la primera en afrontar el asunto. Así, el director del animalario granadino, Jesús Zúñiga, impulsó la creación de un comité ético que hiciera las funciones del establecido en el Real Decreto. Tras una reunión de los directores de animalarios de Andalucía el pasado 25 de enero, la Universidad de Córdoba ha decidido seguir los pasos de los granadinos. El vicerrector de Investigación, Francisco Gracia, ya tiene el borrador que prevé la creación del organismo competente para dichas investigaciones. Capacidad sancionadora El documento propone la creación de un comité ético de experimentación animal que contemple el cumplimiento de la normativa vigente. El citado organismo determinará qué especies pueden usarse, los métodos anestésicos para las mismas, las personas competentes para participar en un experimento... Además, tendrá capacidad sancionadora para quienes no sigan los protocolos establecidos. La Universidad de Córdoba prepara, siguiendo igualmente a la de Granada, cursos de capacitación para el personal que realice trabajos de investigación. Entre los puntos propuestos en el borrador, todos ellos recogidos en el Real Decreto, destaca la prohibición de uso de animales vagabundos para experimentación. Las especies utilizadas han de ser nacidas y criadas en centros especializados. Además, no deberán realizarse experimentos con animales si se pueden llegar a las mismas conclusiones con otros métodos tecnológicos que eviten el sufrimiento de los mismos. O, por ejemplo, no se podrá experimentar ilimitadamente con el mismo perro, gato...

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"Mini-pigs", "beagles", ratas, conejos y cobayas
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