El Gobierno busca un nuevo perfil de joven cooperante, más próximo a la formación técnica que a la asistencial

El Gobierno quiere desmitificar el hecho de que la cooperación con los países del tercer mundo sea algo privativo de los jóvenes universitarios licenciados en medicina, enfermería o asistencia social. Así, el Ejecutivo ha abierto su programa Juventud Vasca Cooperante 1999 también a jóvenes con un perfil más cercano a la formación profesional que a la puramente asistencial, como médicos, enfermeras o asistentes sociales. La consejera de Cultura, Mari Carmen Garmendia, y el director de Juventud del Gobierno, José Luis Madrazo, presentaron ayer la séptima edición de este programa, en el que podrán participar hasta 100 jóvenes de entre 20 y 30 años. El objetivo es que los chicos y chicas colaboren con países de América Latina, África y Asia en planes coordinados por ONG y cofinanciados por el Gobierno vasco y las diputaciones. Madrazo explicó que "al hablar de cooperación siempre se dirige la mirada hacia estereotipos de profesiones muy ligadas a la cooperación como médicos y enfermeras. Pero lo que vamos a necesitar son muchos cooperantes que hayan estudiado formación profesional, gente que sepa trabajar con máquinas". Ayer se abrió el plazo para la presentación de solicitudes. Las personas elegidas acudirán a unas jornadas de información y orientación que se desarrollarán durante los días 23, 24 y 25 de abril. La media de peticiones recibidas en ediciones anteriores fue de siete por plaza. El periodo de estancia en un país del Tercer Mundo será de tres meses. La salida se realizará a comienzos del mes de julio. El Gobierno sufraga los gastos de viaje y los seguros de los cooperantes, mientras que cada ONG encargada de la experiencia se responsabiliza de la manutención y el alojamiento. Garmendia expresó el deseo del Ejecutivo de que las personas mayores -profesionales prejubilados- se puedan incorporar algún día a programas de estas características, aunque ello precisaría un diseño diferente al actual. "No se trataría de estancias cortas sino de compromisos más amplios en el tiempo para que pudieran compartir sus conocimientos", puntualizó. En la actualidad, una ONG de Irún ya envía a profesionales prejubilados al Tercer Mundo.