Netanyahu: autoriza al Ejército a represaliar sin restricciones a la guerrilla islámica libanesa

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu ha decidido dejar las manos libres a su Ejército para que siga actuando sin ningún tipo de impedimento en Líbano contra la guerrilla islamista del Hezbolá, que el do-mingo mató en un ataque al general de brigada Erez Gerstein, el número uno de Israel en el sur de Líbano. Mientras la amenaza gravita sobre el vecino país, los habitantes de las localidades del norte de Israel se encuentran atrapados en el interior de sus refugios, en respuesta a una estricta consigna impartida por el Ejército, que teme un ataque inminente de los combatientes shiíes contra la población civil israelí, en respuesta a los continuados bombardeos de los aviones de Netanyahu al norte de la frontera.

"El Ejército actuará [Líbano] sin ningún tipo de restricciones", anunció ayer, con contundencia, Netanyahu. Resumía con pocas palabras los acuerdos adoptados pocas horas antes por el Gabinete de Seguridad, donde los altos mandos militares analizaron —junto con el jefe del Gobierno; el ministro de Asuntos Exteriores, Ariel Sharon, y el dé Defensa, Moshe Arens— la situación provocada por la muerte del responsable del Ejército israelí en el sur de Líbano, el general Erez Gerstein, cuando viajaba, acompañado por dos suboficiales y un periodista, por la carretera entre Maryaiún y Kawkaba.

Las palabras del primer ministro israelí, anunciando la política de manos libres para que el Ejército actúe con criterios puramente militares en el sur de Líbano, se contradicen con su insistencia de ayer mismo sobre la necesidad de llegar a un acuerdo diplomático con las autoridades de Damasco y Beirut para garantizar el control de la zona limítrofe e impedir la actuación de la guerrilla shií para que sea posible una retirada "honrosa y segura" del Ejército israelí.

La nueva política militar de mano dura contra Hezbolá no ha sorprendido en Israel. Incluso se asegura que estaba ya decidida de antemano, mucho antes del ataque mortal del domingo. Esta tesis se sostiene en el hecho de que, hace dos meses, Netanyahu decidió colocar al frente del Ministerio de Defensa a un halcón del Likud, partidario de soluciones drásticas, todo lo contrario del anterior ministro, Isaac Mordejai, un político comprometido con el diálogo y el proceso de paz.

Temor de los civiles

La tensión y el miedo tienen atrapada a la población del norte de Israel en sus refugios, donde permanece desde hace cerca de 24 horas por orden tajante del Ejército, que no descarta un ataque de Hezbolá para vengarse sobre la población civil por los continuos bombardeos de la aviación y la artillería israelíes en la tarde y en la noche del domingo, que alcanzaron media docena de instalaciones militares de los islamistas. La instigación llegó a las costas de Tiro, donde una patrullera israelí atacó un barco de pesca libanés.

La orden de permanecer en los refugios era ayer más evidente en la ciudad de Kiryat Shmona (19.000 habitantes), blanco habitual de los proyectiles de Hezbolá. Las calles estaban ayer prácticamente vacías, muchas de las tiendas cerradas y ningún niño jugaba con las carrocerías de los tres viejos tanques, pintados de colores, que se encuentran situados junto a columpios y toboganes en unos jardines a la entrada de la ciudad.

El Ayuntamiento de Kiryat Shmona se ha hecho cargo, como en otras ocasiones, de la distribución del pan, la leche y de otros productos de primera necesidad, mientras muchas familias han aprovechado la festividad cívico-religiosa del Purim (carnaval judío) para trasladarse al interior del país.

Las actividades comerciales, turísticas e industriales de la zona cerca de la frontera se encuentran paralizadas. Los hoteles se han vaciado y en la mayoría de los kibutzim del Golán y de la alta Galilea no se trabaja: las pérdidas diarias podrían alcanzar los 60 millones de dólares (unos 900 millones de pesetas). Las cancelas de hierro de acceso a estas localidades están custodiadas por el Ejército.

La comunidad internacional ha empezado ya a dar muestras de preocupación. Un portavoz de la Casa Blanca ha pedido a ambas partes que "se contengan al máximo". Líbano ha pedido una reunión urgente del Comité de Vigilancia Internacional, encargado de aplicar los acuerdos de 1996, en los que las partes implicadas en el conflicto se comprometieron a no atacar objetivos civiles e intentar mantener al margen a la población.