Pujol propone un gran pacto institucional que reconozca la singularidad de Cataluña

Cataluña debe ver reconocida formalmente su singularidad a través de un gran pacto institucional de las fuerzas políticas catalanas. Ése fue en síntesis el mensaje que lanzó el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en la conferencia que anoche pronunció en Barcelona. Ante medio millar largo de personas, con un ojo puesto en la relectura de la Constitución y otro en la reinterpretación del Estatuto, Pujol marcó distancias con los nacionalistas vascos y con la propuesta federalista de Pasqual Maragall. El proyecto que ayer defendió el presidente catalán persigue elevar el techo de autogobierno sin reformar de la Constitución.

"El día que propugne la reforma o la relectura de la Constitución o del Estatuto de Autonomía no lo haré en conferencia de prensa", había reiterado Pujol en diversas ocasiones. Así que ayer llegó el momento. Lo hizo en la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE) ante un escogido público entre el que se encontraban destacadas personalidades del mundo empresarial, Pere Duran y Josep Vilarasau entre otros, así como dirigentes de la coalición y varios consejeros de su Gobierno.Pujol enumeró un listado de siete puntos que deben ser la base para un pacto institucional que eleve el techo para el autogobierno de la Cataluña del año 2000. Se trata de un techo distinto al que puedan tener otras comunidades autónomas españolas. Pujol quiere un reconocimiento singular de Cataluña como nacionalidad . Si hace unos años Convergència consagró la fórmula de que lo que es bueno para Cataluña también lo es para las demás autonomías, Pujol quiso anoche poner el acento en el término "singularidad". Los siete puntos son una enumeración de objetivos con un enunciado muy genérico.

Autonomía limitada

Los últimos 20 años de autonomía han sido buenos, ahora bien, "nuestra autonomía es limitada", subrayó el presidente de la Generalitat. La actual situación "no permite el desplegamiento de la potencialidad de Cataluña y hace que el presente, que es brillante, de nuestro país esté amenazado".La visión de España habitualmente es uniformizadora y no se quiere aceptar el reconocimiento singular de Cataluña, que, a juicio de Pujol, es una autonomía de carácter preconstitucional, puesto que contó con una asamblea de parlamentarios previa a la aprobación del Estatuto. Éste, según el presidente de la Generalitat, se pactó entre la asamblea de parlamentarios y la comisión Constitucional del Congreso de los Diputados. "De hecho, eso viene a ser un reconocimiento del carácter paccionado del Estatut", destacó el presidente catalán. Todo este trayecto histórico tenía como fin buscar especificidades y llegar hasta el momento presente con la pregunta: ¿Cómo modificar al alza el poder político de Cataluña?

Pujol deshojó en este punto la margarita y desechó la reforma de la Constitución con los siguientes argumentos: está "muy blindada" y es muy difícil de acometer la empresa que tiene el peligro de resultar "ineficaz y frustrante". Por eso optó por el otro camino, el Estatuto. "Su reforma se podría contemplar con muchas posibilidades si el Parlament lo pide por una mayoría de dos tercios". Pero eso es demasiado consenso y para alcanzar las cotas de poder político que cree necesarios hay que agotar la vía de la relectura. "Si hay voluntad política podemos establecer un pacto institucional de autogobierno que se proponga la consecución de todos los objetivos que he mencionado a base de reinterpretar la Constitución, el Estatuto y a base de modificar toda una serie de leyes", subrayó Pujol. El jefe del Gobierno catalán aseguró que si una de las partes pide un cambio en la lectura de la Constitución, "sería injusto, prepotente y agresivo negarse en redorndo".