_
_
_
_

Rabat no ha incluido en su presupuesto para el 2000 ingresos de la Unión Europea por pesca

No hay día en que algún dignatario marroquí no reitere que el actual acuerdo de pesca con la Unión Europea, que expira en noviembre próximo, no será renovado para evitar que los recursos pesqueros sean esquilmados. Paralelamente, sin embargo, las autoridades de Rabat han elaborado un plan quinquenal que prevé un fuerte incremento de las capturas de los pesqueros marroquíes. Para demostrar su voluntad de no pactar con la UE, el Gobierno de Marruecos no ha incluido ningún ingreso en el presupuesto del 2000 de pesca abonado por la Comisión Europea.

Para que la iniciativa no pasase inadvertida, el titular de esa cartera, Thami Jiari, se lo comunicó al embajador de España, Jorge Dezcallar, y a la prensa de su país, lo que viene a demostrar que la diplomacia marroquí quiere dejar clara su voluntad antes de que expire ese acuerdo. Jiari no desperdicia ocasión -la última, el miércoles pasado- de recalcar que no habrá un nuevo acuerdo con la Unión Europea, y buena parte de los responsables marroquíes le secundan. Sólo, curiosamente, el portavoz de su ministerio dejó la semana pasada entrever que acaso se podría alcanzar un tratado de índole "diferente fundamentado en un compromiso europeo de inversión y desarrollo de la industria de pesca marroquí".El actual acuerdo permite faenar a 517 barcos, en su gran mayoría españoles, cuyas capturas anuales se elevan a 180.000 toneladas -el 22% del total de las capturas en aguas de Marruecos-, por las que Bruselas paga anualmente al Tesoro marroquí 125 millones de euros (20.798 millones de pesetas). A esta cantidad hay que añadir otros 7.000 millones de pesetas que abonan los armadores europeos y unos 1.000 salarios de trabajadores marroquíes embarcados, que reciben diez veces más dinero que en un pesquero con bandera de su país.

Preservar los recursos

Las autoridades del país vecino han esgrimido múltiples argumentos para justificar la no renovación del acuerdo, aunque el más recurrente es la necesidad de preservar los recursos que corren el riesgo de extinguirse. Por esa razón, los llamados "paros biológicos" son ya más frecuentes y prolongados en el actual acuerdo que en el anterior.El plan quinquenal de desarrollo de la pesca marroquí no parece, sin embargo, tener en cuenta la misma preocupación. "El año 2000 será crucial, porque colocará al sector de la pesca en una nueva senda de desarrollo", según anunció Jiari a bombo y platillo a mediados demes.

Esa "senda" consiste en incrementar el total de las capturas en un 17% al año, para pasar de las 800.000 toneladas a finales de 1997 a 1,5 millones en el 2003. Ese récord en capturas se alcanzaría sin la participación de la flota europea. El aumento de los ingresos previsto por Jiari sería algo más modesto, del 11% anual. Rabat también pretende modificar los hábitos alimentarios de los marroquíes para que consuman 11 kilos anuales de pescado al año, en lugar de siete actualmente, 10 veces menos que en España, que es el segundo consumidor mundial de pescado, detrás de Japón.

Los expertos españoles dudan de la viabilidad del plan, pero no son los únicos. El proceso de democratización en el que está sumido Marruecos hace que algunas publicaciones lo pongan también en tela de juicio. "No se puede defender simultáneamente una política de conservación de los recursos pesqueros y pedir a los armadores marroquíes que aumenten sustancialmente sus capturas" para compensar la caída de ingresos por la no renovación del acuerdo con la Unión Europea, señalaba la semana pasada el semanario Le Journal.

La revista no se acaba de creer los argumentos y los razonamientos del ministro Jiari. "En este país", recordaba además, "todas las decisiones sobre los grandes temas, y el de la pesca es uno de ellos, se toman en un único lugar. Y ese lugar no es ni el Ministerio de Pesca, ni el de Asuntos Exteriores, ni siquiera la jefatura del Gobierno". Ese lugar es el Palacio Real.

Hoy se reanuda oficialmente la actividad de los barcos andaluces de arrastre camaromero en los caladeros marroquies tras cumplirse dos meses de paro biológico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_