La fiesta estaba fuera
Vive Valencia los prolegómenos de las Fallas, sus fiestas mayores y aprovechando las fechas se organizó esta novillada enmarcada dentro del II Encuentro Mundial de Novilleros. Pero resultó que la fiesta se vivió más fuera que dentro de la plaza. Precisamente delante del coso se organiza la salida de la conocida como cabalgata del ninot. Un remedo de carnaval tardío con carrozas, disfraces, muchos pitos y muchas ganas de marcha y diversión de sus participantes.Esa diversión también pudieron haberla ofrecido en el ruedo los tres novilleros actuantes. No fue así, aunque tampoco los pitos se trasladaron hasta los tendidos. El poco público que se atrevió a entrar en la plaza, en tarde desapacible y amenazando lluvia, fue tan bueno y razonable que se dejó las exigencias para otra ocasión. Puestos a contar bondades todas se las llevarían los encastados novillos de La Quinta. Parejos de presentación y encastados fueron auténticos carretones. Pero no se entienda esto último despectivamente. Al contrario, ¡muchos novilleros querrían encontrárselos por esas plazas de Dios! y salen con cuentagotas. Los animales, encaste puro Santa Coloma, dieron un juego excelente y metían la cabeza como hacen los chavalines con el carretón cuando ayudan a entrenarse a los aprendices de torero.
La Quinta / Barrera, Ciento, Gaya Novillos de La Quinta de correcta presentación, nobles y encastados, excepto el 4º rajado e incierto
Antonio Barrera: pinchazo, estocada perpendicular y atravesada, y descabello (vuelta por su cuenta); pinchazo, estocada, dos descabellos (silencio). José María Fijo, El Ciento: estocada caida (ovación y vuelta con fuerte petición); pinchazo, estocada -aviso- dos descabellos (aplausos). Gerardo Gaya: pinchazo hondo, estocada (aplausos); pinchazo -aviso- estocada( ovación y vuelta). Plaza de Valencia. 28 de febrero. Menos de un cuarto de entrada.
Por esa etapa se supone que ya han pasado nuestros tres protagonistas pero ayer, por lo que sea, ver a los cárdenos moverse como el carretón no les inspiraba para ponerse en novilleros y hacerles lo que no está escrito. Sería que la tarde estaba fría. A pesar de ello el sevillano, afincado en Barcelona, Antonio Barrera, se fue a porta gaiola en el que abría plaza en un gesto de joven novillero que quiere abrirse paso. Pero no pasó de estar correcto con el capote y de torear con la muleta como todos y como siempre, con la derecha. Cuando lo intentó al natural el novillo se lo echó sobre el lomo.Por suerte el revolcón no tuvo consecuencias. Con su primero poco más pudo hacer que despacharlo de feo espadazo. Curiosamente en su segundo inició la faena de muleta con la izquierda que resultó ser el pitón por donde no iba el novillo. Cuando Barrera cambió de mano el animal ya sabía demasiado y tuvo que abreviar con el garbanzo negro del encierro.
El valenciano El Ciento lanceó suavemente a su primero, un novillo de dulce al que hizo una faena que fué de más a menos A pesar de no redondear el trasteo hubo fuerte petición. Con su segundo toreo más relajado. Corrió bien la mano derecha aunque le faltó ligazón en los muletazos. Como el burel tenía cuerda El Ciento instrumentó manoletinas mirando al respetable y caldeó un poco los desolados tendidos. Como matara mal sólo escuchó aplausos.
Y en cuanto al debutante Gerardo Gaya, novillero mexicano que lo hacía no sólo en Valencia sino en España, no es para tirar cohetes, y ésta es tierra de eso, pero tampoco pegó el petardo siguiendo con la pirotecnia.
Gaya esta más ducho con el capote, como es tradición entre los americanos y aunque en quites no desplegó gran repertorio se justificó. Con la pañosa estuvo más lucido con el que cerraba plaza, destacando al natural e instrumentando muletazos aislados de bella factura.
Babelia
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