Aitana Sánchez-Gijón considera que Yerma es su papel más complejo

Interpretar en el cine a la estéril y frustrada Yerma ha sido para Aitana Sánchez- Gijón su trabajo "más complejo y lleno de contradicciones", declaró ayer con motivo del estreno de la película. La realizadora Pilar Távora ha adaptado por primera vez al cine español, tras seis meses de negociación con la familia Lorca, la obra teatral. Juan Diego da vida al marido de Yerma, y Vittorio y Lucchino firman el vestuario.

Para interpretar el personaje lorquiano, Sánchez-Gijón recurrió a una terapia: la de perderle el respeto a los grandes personajes históricos y literarios. Aun así, la actriz explica que la noche del rodaje de la última escena (en la que Yerma mata a su marido y a la esperanza de tener un hijo) se la pasó entera llorando: "Fue un revulsivo, solté todo el llanto y la carga emocional de tanta Yerma, todo fue como un parto, aunque sin parto". A la presentación del filme también acudieron la directora, Pilar Távora; los actores Mercedes Bernal y Jesús Cabrero, y los modistas Vittorio y Lucchino.Tanto para la protagonista como para la realizadora, el personaje de Yerma -una mujer obsesionada por tener un hijo y así ser aceptada por la colectividad- no se rebela contra la sociedad, sino contra su destino. "Ella no es una rebelde, e incluso defiende su sentimiento de honor y casta, porque se podía ir con Víctor, pero es incapaz de amar, y no lo hace. Lucha contra sí misma y es prisionera de sí misma", explica Sánchez-Gijón.

Poca simbología

Para la realizadora andaluza Pilar Távora, el drama que Federico García Lorca escribió en 1934 incluye elementos que le hacen actual: "Hay un personaje que no quiere tener hijos, porque tiene otras cosas en la vida, y eso ocurre en la actualidad".

En el montaje cinematográfico, la directora asegura que ha utilizado poca simbología: "Aparecen el agua, el fuego, la tierra y la Luna, pero despojados de su carga simbólica. Y la Luna no la uso al modo lorquiano, sino como símbolo de fertilidad: es la que rige todo el ciclo femenino". Los modistas también han transgredido algo la norma lorquiana. "El vestuario no es luctuoso ni triste, hemos usado algo más de color", señala Lucchino. A juicio de Vittorio, algunas de las escenas de Yerma "son auténticos cuadros".

La adaptación cinematográfica, que ha costado 250 millones de pesetas y en la que también intervienen Irene Papas y Juan Diego, añade a la obra teatral 13 escenas, despojadas de texto, que la directora dedica a la música y al cante flamenco.